Sin gastar: el poderoso truco para alejar a los caracoles de tus plantas que usan muchos jardineros

Los caracoles pueden representar una gran amenaza para la salud de las plantas, árboles y cultivos si no se combaten de forma adecuada. Estos moluscos gastrópodos tienen la capacidad de destruir todo a su paso, lo que afecta severamente a la vegetación. Si detectaste esta plaga en tu jardín y no sabés cómo alejarla, aquí te ofrecemos una solución con un simple pero efectivo truco casero.

Existen todo tipo de insecticidas y productos artifíciales que ayudan a combatir plagas e insectos con la finalidad de mantenerlos alejados del jardín. Sin embargo, también hay algunos remedios caseros que son igual de efectivos y eficaces que los artículos industriales, pero cuya diferencia principal es que estos tienen la ventaja de ser más naturales y ecológicos y menos invasivos y dañinos para la salud de la vegetación y el suelo. Entre esas soluciones, hay una que es ideal para eliminar caracoles.

A continuación, encontrarás la lista de ingredientes necesarios para crear tu propio insecticida para ahuyentar caracoles y liberar a las plantas, árboles y cultivos de la presencia de estos moluscos. Tomá nota del paso a paso para llevar a cabo este truco y no pierdas más tiempo: decile adiós a esta molesta plaga.

Ingredientes

• Tallos de cebollas de verdeo.
• Chorrito de vinagre (la tapita de la botella llena).
• 1 cda. de ají en polvo.
• 1 l de agua.

Paso a paso

1. En un recipiente, colocar los tallos de la cebolla de verdeo cortados en trozos.
2. Añadir el vinagre, el ají en polvo y el agua. Integrar el preparado.
3. Dejar remojar durante un día.
4. Filtrar el líquido y verterlo en una botella con pulverizador.

Rociar con este preparado todas las plantas y árboles donde se haya detectado la presencia de caracoles. Poco a poco, esta plaga empezará a desaparecer del jardín.

Tip: hay varios factores que facilitan la presencia de caracoles en el jardín. Algunos de ellos son: humedad excesiva, riego irregular, uso excesivo de fertilizantes, plantas o cultivos atractivos (como verduras de hojas tiernas), suelo rico en materia orgánica, ambientes con temperaturas moderadas y lugares frescos y sombríos durante el día. Además, la falta de depredadores naturales, como sapos y aves, también contribuye a la proliferación de esta plaga.