PLANTA

La planta pequeña con hermosas flores amarillas que no puede faltar en tu jardín en primavera

Aquí encontrarás todos los detalles sobre el cuidado de esta llamativa especie de floración estival que llenará de vida tu hogar.
sábado, 17 de agosto de 2024 · 21:38

Existen ciertas plantas que no deberían faltar en el jardín de ninguna persona. Estas especies suelen ser coloridas y vistosas, por lo que llenan de alegría los ambientes y jamás pasan inadvertidas. Muchas de ellas son de fácil cuidado, lo que las convierte en una excelente opción para quienes desean embellecer el patio de casa sin complicaciones. Si lo que buscás es un toque vibrante y fresco a tu hogar, tenés que tener sí o sí la Rudbeckia, una planta bella.

La Rudbeckia es un género de plantas de la familia Asteraceae. La mayoría de estas especies herbáceas son perennes (algunas son anuales o bienales). Las hojas de esta planta están dispuestas en espiral, mientras que sus flores forman inflorescencias semejantes a las margaritas, de color dorado, amarillo o naranja. Se caracteriza por tener una floración estival que, muchas veces, puede extenderse hasta mediados de otoño.  

A la Rudbeckia también se la conoce como "margarita negra" o "girasol negro", por el parecido entre sus flores.

Esta hermosa y colorida planta es muy fácil de cuidar, por lo que no es necesario ser un experto en jardinería. Aunque no requiera demasiado mantenimiento, es importante considerar ciertos factores para que la Rudbeckia crezca fuerte y sana. A continuación, encontrarás toda la información fundamental para asegurar un desarrollo óptimo de esta vistosa y ornamental especie.

Algunas especies de esta planta tienen sus flores rojas oscuras o marrones.

 

Cómo cuidar la Rudbeckia

La Rudbeckia es una planta resistente y fuerte que se adapta muy bien a diversos climas y ambientes. Por ello, al considerar los factores que se mencionarán a continuación, podrás disfrutar de este cultivo de hojas amarillas en tu jardín.

La Rudbeckia necesita al menos 6 horas de luz solar directa o tamizada.
  • Iluminación: es una especie de exterior que le gusta mucho la luz, aunque puede crecer en sitios con semisombra. Se desarrolla mejor en climas templados y resiste las heladas suaves.
  • Riego: es un cultivo que necesita bastante humedad, por lo que es importante mantener el suelo en ese estado. Sin embargo, no soporta el exceso de agua ni los encharcamientos, por lo que requiere un sitio con buen drenaje. En caso de que no se pueda regar con frecuencia, no hay problema, ya que tolera los períodos de sequía.
  • Sustrato y abono: el suelo ideal es uno arcilloso y rico en materia orgánica, ya que proporcionará la humedad necesaria y, al mismo tiempo, ofrecerá un buen drenaje. Esta planta debe ser abonada desde finales de la primavera hasta el otoño. La fertilización debe realizarse con cuidado, ya que un exceso de abono, en lugar de estimular la floración, promoverá el crecimiento exagerado del follaje.  

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