PLANTAS
No tires los clavos oxidados y utilizalos de esta forma para que tus plantas se llenen de flores y se vuelvan rozagantes
Con este simple consejo de jardinería, vas a notar lo lindo que se pone tu jardín.Si buscás una forma natural y económica de mejorar el crecimiento de tus plantas y que se llenen de flores, no hace falta recurrir a productos caros o tratamientos complejos. A veces, lo que ya no usamos puede convertirse en una herramienta útil para el cuidado de nuestro jardín. Un ejemplo de esto son los clavos oxidados, que con solo un poco de ingenio pueden ser transformados en un excelente abono natural.

El agua herrumbrada puede convertirse en un aliado para el crecimiento de las plantas, siempre y cuando contenga óxido férrico en niveles adecuados. Este compuesto aporta hierro, un nutriente esencial para su desarrollo, ya que contribuye a la generación de energía y ayuda a reducir la concentración de nitratos y sulfatos en el suelo. Además, el óxido colabora en la aireación del sustrato al formar pequeñas cavidades que facilitan la llegada de oxígeno a las raíces, y favorecen así su fortaleza y crecimiento. Sin embargo, es importante utilizarla con precaución, ya que un exceso de hierro o un desequilibrio en el pH del suelo pueden afectar negativamente a ciertas especies. Por eso, antes de aplicarla, es recomendable conocer las necesidades específicas de cada planta para evitar posibles daños en los cultivos.

Si querés probar este método sencillo, que aporta nutrientes esenciales al suelo y estimula el crecimiento óptimo de las plantas, además de ayudar a que luzcan más fuertes y rozagantes, tomá nota de esta opción ecológica. En poco tiempo, vas a ver cómo tu jardín se transforma y se llena de vida y color.
Abono natural con objetos oxidados
- Recolectá todos los objetos oxidados que tengas en casa, como clavos, tornillos, tuercas, arandelas, cerraduras viejas o cualquier pieza de metal que haya adquirido ese característico tono marrón.
- Colocalos en un recipiente con agua y dejalos sumergidos durante al menos ocho horas para que liberen el hierro en el líquido.

Una vez transcurrido ese tiempo, usá esa agua para regar tus plantas. Recordá que es importante tener en cuenta que no todas las especies requieren este tipo de abono, por lo que lo más recomendable es consultar con un especialista antes de aplicarlo.