Receta
Aprovechá que los morrones están de estación y stockeate para todo el año con este paso a paso que te ahorra tiempo y dinero
Tomá nota de estas recomendaciones.Conservar los morrones frescos en la heladera durante meses puede parecer un desafío, pero con los trucos adecuados, es completamente posible mantener su sabor, textura y valor nutricional. El método más efectivo para prolongar la vida de esta verdura es congelarlos. El primer paso consiste en seleccionar morrones frescos, preferiblemente aquellos que estén firmes, con una piel brillante y sin daños visibles. Luego, los lavás cuidadosamente con agua fría y los secás por completo. La humedad residual puede generar cristales de hielo y afectar su textura al descongelarse.
Una vez que los morrones estén limpios y secos, podés proceder a cortarlos, según tus necesidades. Algunos prefieren hacer tiras gruesas, otros prefieren cortarlos en cubos para adaptarlos a recetas específicas. También es válido congelarlos enteros, pero tenés que retirar el tallo y las semillas antes de hacerlo para facilitar su posterior uso.

El siguiente paso es distribuir los morrones en una bandeja, asegurándote de que las piezas no se toquen entre sí. Esto evitará que se congelen en bloque. Luego, los colocás en el congelador durante unas horas o hasta que estén completamente sólidos. Una vez congelados, los transferís a bolsas herméticas o recipientes aptos para congelador. Es recomendable etiquetarlos con la fecha para controlar su tiempo de almacenamiento, ya que su sabor y calidad se mantienen óptimos durante aproximadamente seis meses.

Si preferís conservarlos en la heladera y no congelarlos, es fundamental almacenarlos en un recipiente cerrado o en una bolsa de plástico perforada para regular la humedad. Evitá guardarlos cerca de frutas como manzanas o bananas, porque estas liberan etileno, un gas que acelera la maduración y puede acortar la vida útil de los morrones.

Lo cierto es que, en esta ocasión, nos concentramos en una opción que te permite ahorrar ahora que los morrones están baratos. Para ello, una vez que los lavaste y cortaste como más te gusta, vas a blanquearlos, por al menos 1 minuto, para eliminar cualquier tipo de bacteria.

Una vez que transcurre este tiempo, vas a cortar la cocción colando los morrones y colocándolos en una fuente con agua fría.

Por último, vas a colocarlos en bolsas herméticas, fraccionados de manera tal que, al necesitarlos, sea muy simple utilizar una porción. En cuanto al uso de los morrones congelados, no es necesario descongelarlos previamente para muchas preparaciones, como salteados, salsas o guisos. Simplemente, los colocás directamente en la sartén o cacerola caliente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos tienden a perder algo de su textura crujiente, por lo que son ideales para platos cocidos.

Siguiendo estos trucos, podés disfrutar de morrones durante todo el año, maximizando su sabor y reduciendo el desperdicio. Además, es una práctica que fomenta la sostenibilidad y optimiza tus recursos en la cocina. ¡Aprovechá la temporada y llénate de color y sabor!
Una diferencia que muchos no conocen
Los términos "morrones" y "pimientos" a menudo se usan indistintamente, pero existen diferencias importantes, especialmente según el contexto regional. En América Latina, el término "morrón" generalmente se refiere al pimiento dulce, una variedad carnosa y de sabor suave que se encuentra en colores como rojo, verde, amarillo y naranja. Son un ingrediente esencial en muchas recetas, debido a su textura crujiente y su sabor ligeramente dulce.
Por otro lado, "pimientos" es un término más amplio que engloba tanto los pimientos dulces como los picantes. En España, por ejemplo, la palabra "pimiento" se utiliza para referirse a cualquier variedad de Capsicum, desde el pimiento morrón hasta los pimientos de Padrón y el chile. Es decir, en este contexto, "pimiento" puede incluir variedades picantes, mientras que "morrón" está reservado solo para los dulces.
Otra distinción notable radica en su uso culinario. Los morrones se prefieren para ensaladas, guisos y rellenos, mientras que los pimientos picantes, como el chile, son ideales para salsas y platos condimentados. En resumen, todos los morrones son pimientos, pero no todos los pimientos son morrones, siendo esta la clave para diferenciarlos.