Si tenés lamparitas en la cocina llenas de grasa, prepará este limpiador infalible para dejarlas relucientes

A veces, los detalles más sucios de la cocina están justo sobre nuestra cabeza. Aunque no cocinemos con abundante aceite, el vapor y la grasa en el ambiente terminan adhiriéndose a superficies inesperadas. Uno de los puntos más afectados suelen ser las lamparitas, que con el tiempo acumulan una película opaca y pegajosa difícil de notar a simple vista.

Para devolverles el brillo original de las lamparitas, podés preparar un método casero usando una servilleta absorbente, un desengrasante común de cocina, un paño de microfibra y un poco de vinagre blanco. El primer paso es pasar la servilleta con el producto sobre cada una de las lamparitas, dejando actuar unos segundos para que la grasa comience a disolverse. Luego, con el vinagre y el paño, se realiza una segunda limpieza más profunda, ideal para que queden completamente transparentes y sin residuos.

Este truco casero es efectivo, económico y no requiere esfuerzo excesivo. Incluso si las lamparitas llevan meses sin atención, con un par de pasadas vas a notar la diferencia entre una superficie opaca y una reluciente. Lo mejor de todo es que el vinagre vuelve a destacarse como el aliado ideal para toda tarea de limpieza.

Probá este truco con bolsitas de té para eliminar malos olores de la heladera

Por otro lado, cuando se trata de combatir los olores persistentes en la cocina, especialmente dentro de la heladera, hay un truco poco conocido, pero muy efectivo: bolsitas de té usadas. En lugar de tirarlas después de preparar tu infusión, colocalas secas en un platito dentro de la heladera y dejalas actuar durante algunas horas o toda la noche.

El té tiene propiedades absorbentes naturales que ayudan a neutralizar los aromas desagradables sin dejar su propio olor. Además, es una solución sustentable y sin productos químicos, ideal para quienes prefieren métodos más naturales en sus rutinas de limpieza. Podés usar té negro, verde o de hierbas, cualquiera funciona.

Este truco no solo es fácil de implementar, sino que además reutiliza un residuo cotidiano, dándole un nuevo propósito antes de desecharlo.