Antes de tentarte con las facturas de la panadería, este dato para mejorar tu salud te va a desilusionar

Uno de los alimentos que más aman los argentinos, o al menos la mayoría, son las facturas y las tortillas argentinas, no solo por su exquisito sabor, sino también porque están hechas con harinas, un ingrediente al que estamos acostumbrados desde chicos. A la hora de ir a una panadería, seguramente lo más atractivo es este producto para acompañar unos buenos mates. Incluso, mucha gente las elige para un desayuno. Pero en esta nota te vamos a contar porqué no te conviene seguir eligiendo las facturas como tu primera ingesta del día y qué otras opciones podés elegir que sean mucho más sanas, nutritivas y con un buen aporte de proteínas.

Estas facturas, ya sean las comunes o las que tienen crema, membrillo, dulce de leche o azúcar impalpable, están hechas con harina refinada, azúcar sal y, sobre todo, aceites inflamatorios como los de girasol, maíz o soja. Estos ingredientes generan inflamación en el cuerpo a largo plazo y, muchas veces, generan que tengamos problemas digestivos, mucho cansancio o fatiga. Una vez que los consumimos, nos sube automáticamente la energía y la glucosa en sangre, pero a los 20 o 30 minutos esa energía cae bruscamente y el cuerpo vuelve a pedir más alimentos de este tipo. Siempre podés optar por otro tipo de opciones que sean más proteicas y realmente muy nutritivas, que no solo te van a saciar más, sino que también te van a hacer sentir mucho mejor.

Una de las mejores opciones siempre lo será el huevo. Es un alimento natural de origen animal, con grasa saludables, proteína y distintos antioxidantes. Además, lo podés mezclar con diferentes ingredientes para hacer varias recetas. Uno de los clásicos es el omelette que puede ser con un trozo de queso y jamón. Así, tenés un desayuno mucho más proteico, liviano y saciante.

También podés optar por una tostada integral con huevo, queso, palta, rodajas de tomate, es decir, siempre va a haber diferentes opciones mucho más nutritivas y saludables que recurrir a las facturas de la panadería. Aunque, a simple vista, sean irresistibles y un verdadero festín de sabor, al final terminan perjudicando nuestra salud, ya que contienen ingredientes nocivos para nuestro organismo.