Aves
Curiosidades sobre el Crespín: el ave con canto triste que dio origen a la popular leyenda
Se trata de un pájaro bastante solitario y de hábitos sigilosos.¿Alguna vez escuchaste el triste canto del Crespín y te preguntaste sobre el origen de su popular leyenda? En esta oportunidad, vamos a dar luz verde a algunas de las curiosidades más destacadas de esta preciosa ave y conocer mejor tanto su comportamiento como la historia detrás de este animalito plumífero.
Su nombre científico es Tapera Naevia, proveniente de la familia de los Cucúlidos, que se caracteriza por ser una especie de ave cuculiforme nativa de América Central y Sudamérica. En esta línea, es preciso aclarar que este pájaro se encuentra desde el sur de México hasta Argentina, abarcando una enorme variedad de hábitats, que van desde selvas y sabanas hasta campos cultivados.

Según los ornitólogos, el Crespín es un pájaro de tamaño mediano, de unos 30 cm aproximadamente, que se distingue por tener un plumaje de color marrón con franjas y manchas negras. Su vientre es blanquecino y su silueta alargada, aunque cuenta con una cola larga y ligeramente curvada hacia abajo.
Además, los ejemplares inmaduros son más rojizos tanto en la parte de atrás como en torno a sus alas, pero todos poseen una llamativa cresta rojiza y negra, que se levanta como la parte de su despliegue. Como el Crespín es insectívoro, se alimenta principalmente de orugas, arañas y otros invertebrados.

¿Por qué se dice que es parásito de cría? De acuerdo con los biólogos, el Crespín no construye nido propio y, en efecto, suele poner sus huevos en los nidos de otras especies de aves previamente seleccionadas. Estos huevos salen del cascarón en 15 días y los padres adoptivos son los encargados de criar al pichón creyendo que es suyo.
Finalmente, destacamos que en muchas regiones rurales se conoce la popular leyenda del Crespín, inspirada en su canto triste y melódico, asociada a presagios o historias de amor y muerte. El relato más difundido habla de un hombre de campo, bueno y trabajador, llamado Crespín, quien estaba casado con una mujer de nombre Durmisa a la cual le gustaban mucho las fiestas y disfrutaba especialmente del baile.

Después de un abundante año de cosecha, trabajando de sol a sol y sin descanso, Crespín se enferma y muy convaleciente le pide a su mujer que vaya al pueblo en busca de medicinas para aliviar su dolor. En el camino, Durmisa es tentada por otros campesinos a gozar de una celebración por el fin de la temporada de la cosecha y, al caer rendida ante el baile y la bebida, se olvida de su marido enfermo.
A pesar de la advertencia de unos vecinos sobre la agonía de Crespín, ella regresa al rancho tres días después y se entera de su lamentable muerte y posterior entierro. Desesperada, sale en su búsqueda y le pide a Dios entre llantos que le diera alas para alcanzar el espíritu de Crespín. Desde entonces, la mujer vagaba por los campos repitiendo "Creeespín-Creeespín", el canto lastimero y monótono de dicha ave, como si fuera una especie de súplica eterna por aquel perdón y compasión que nunca llegará.