Caracoles

Mitos y verdades sobre los caracoles: el enemigo silencioso que ataca a las plantas de tu jardín

Estos moluscos gasterópodos se destacan por ser pequeños, lentos y fascinantes en morfología.
martes, 6 de mayo de 2025 · 19:01

¿Sos de las personas que se espantan al ver un caracol en tu jardín? Pues bien, en esta ocasión vamos a desvelar algunos mitos y verdades sobre el enemigo silencioso que ataca a las plantas tras contar con una dieta muy variada. En esta línea, es preciso aclarar que son mayormente herbívoros, pero algunas especies pueden ser omnívoras e incluso carnívoras.

De acuerdo a los biólogos, los caracoles pertenecen al filo Mollusca y a la clase Gastropoda, que incluye especies que habitan en ambientes marinos, de agua dulce y terrestres. Su característica más visible es contar con una concha calcárea enrollada en forma de espiral, que normalmente usan como refugio por su cobertura dura/rígida.

Postal de un caracol terrestre en su hábitat natural.

Como estos moluscos gasterópodos se destacan por ser pequeños, lentos y con una morfología fascinante, es importante señalar que los caracoles se desplazan mediante una contracción muscular ondulante en su pie, segregando una baba que reduce la fricción. Esta sustancia mucosa cumple con múltiples funciones: facilita el movimiento, protege su piel y actúa como defensa ante posibles depredadores.

Imagen ilustrativa sobre las partes de un caracol.

¿Sabías que los caracoles son hermafroditas? La mayoría de las especies terrestres se distinguen por tener órganos reproductores masculinos y femeninos al mismo tiempo. Esto les permite producir tanto espermatozoides como óvulos y reproducirse mediante una fecundación mutua.

Fotografía de varios caracoles sobre una hoja.

Los especialistas en ciencias biológicas explican que los ojos de los caracoles están en el extremo de sus tentáculos retráctiles, aunque es verdad que algunas especies tienen una visión muy limitada. ¿Qué hay de su respiración? La especie de tierra respira aire mediante un pulmón, mientras que el acuático usa branquias.

Por último, destacamos que los caracoles son parte clave de muchos ecosistemas debido a su rol como descomponedores, y también son fuente de alimento para otras especies. Además de ser lentos, son longevos y pueden vivir varios años. De hecho, algunas especies terrestres viven entre 2 y 7 años, aunque otras superan los 10 años de vida con una mejor condición de hábitat.

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