La planta con mucha fama en la cocina que sobrevive en maceta y esconde poderosos beneficios para tu salud

La albahaca es mucho más que una hierba aromática que realza platos con su perfume inconfundible. Presente en cocinas de todo el mundo, especialmente en la mediterránea, esta planta de hojas verdes intensas también es una aliada poderosa para la salud. Lo mejor de todo: es fácil de cultivar en casa, incluso si solo tenés una maceta y un poco de sol.

Cultivar esta especie en casa no requiere experiencia previa en jardinería. De hecho, es ideal para quienes se están iniciando. Necesita un lugar luminoso, preferentemente donde reciba sol directo al menos 4 horas al día. Es importante que la tierra drene bien para evitar que las raíces se pudran y que la riegues regularmente, manteniendo el sustrato húmedo pero sin encharcar. Si la cuidás con constancia, la planta crecerá y podrás cosechar hojas frescas todo el año.

Para mantenerla siempre fuerte y aromática, es clave podarla con frecuencia. Esto no solo estimula un crecimiento más denso, sino que evita que florezca prematuramente, lo que puede alterar el sabor de sus hojas. Lo ideal es cortar los brotes superiores antes de que florezcan y siempre hacerlo por encima de un nudo. Además, si querés conservar albahaca para todo el año, podés secar sus hojas o congelarlas con aceite de oliva.

Más allá de su uso culinario, como en el famoso pesto o para acompañar tomates frescos y mozzarella, este ejemplar tiene propiedades medicinales que la convierten en una planta valiosa para la salud. Contiene antioxidantes naturales como los flavonoides, que ayudan a combatir los radicales libres, y compuestos antiinflamatorios que pueden aliviar molestias estomacales o dolores leves.

También se la utiliza en infusiones para calmar los nervios y mejorar la digestión. Un té de albahaca después de comer puede ser ideal para quienes sufren de gases, hinchazón o acidez. Incluso se estudia su potencial para reforzar el sistema inmunológico y ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, aunque siempre es recomendable consultar a un profesional antes de usarla con fines terapéuticos.

En resumen, la albahaca es una joya verde que merece un lugar en tu hogar, ya sea en la cocina o en una ventana soleada. Su aroma, sabor y beneficios medicinales la convierten en una aliada natural que, con muy poco esfuerzo, puede darte mucho a cambio.