Receta
Receta salvadora: ñoquis de ricota súper fáciles para cuando querés comer rico sin pasar horas cocinando
En 40 minutos tendrás un plato exquisito.No es necesario que esperes el 29 de cada mes para disfrutar de una receta deliciosa de ñoquis. Si buscás una opción rápida y liviana, los ñoquis de ricota son ideales, suaves, esponjosos y con un sabor delicado que se luce con salsas simples.
A diferencia de los clásicos de papa, esta versión del plato se prepara en unos 40 minutos y con pocos ingredientes, perfecta para un almuerzo casero o una cena improvisada. No dejes que nada te tome por sorpresa y utilizá este as debajo de la manga para sorprender si tenés invitados en casa.

Ingredientes
- 500 g de ricota (bien escurrida)
- 100 a 150 g de harina común
- 60 g de queso parmesano rallado
- Harina extra para espolvorear
- 1 huevo grande
- 1 pizca de nuez moscada
- Sal y pimienta al gusto
- Salsa a elección
Paso a paso de la receta de ñoquis de ricota que rinde 4 porciones
Antes de empezar con la receta, asegurate de que la ricota esté bien escurrida. Colocala en un colador fino y presioná suavemente con una cuchara para sacar el exceso de suero. Si querés un mejor resultado de la comida casera, envolvela en un paño limpio y exprimí bien hasta que quede lo más seca posible.

Ahora, tomá un bol grande y mezclá la ricota bien escurrida con el huevo, el queso parmesano, una pizca de sal, pimienta y un toque de nuez moscada. Integrá todo hasta lograr una mezcla homogénea.
Agregá la harina de a poco. Para este paso de la receta podés ayudarte con una espátula o con las manos. Tenés que conseguir una masa suave que no se te pegue en los dedos. Cuando esté lista, dividila en porciones y formá cilindros de unos 2 cm de diámetro, aproximadamente. Cortá los cilindros en trocitos pequeños y, si querés darles la forma clásica, pasalos suavemente por el dorso de un tenedor.

Ya casi finalizamos con la receta de ñoquis de ricota que te va a salvar tus almuerzos o cenas. Cocinalos en una olla grande con agua hirviendo y sal a gusto. Cuando puedas apreciarlos en la superficie, generalmente de dos a tres minutos, es porque ya están listos. Escurrilos con una espumadera, ¡y listo! Servilos bien calientes con la salsa que más te guste.