Si los domingos te invade la tristeza, esto es lo que dice la psicología sobre tu estado emocional

Es domingo, cae la tarde y, sin saber por qué, te empieza a pesar el cuerpo. Sentís que la alegría del fin de semana se evapora y aparece una mezcla de nostalgia, angustia y desánimo. Si te pasa seguido, no estás solo. La psicología reconoce este fenómeno como una respuesta emocional común, relacionada con la percepción del tiempo libre que se agota y la anticipación del lunes.

Este “bajón dominical” no es solo una sensación pasajera: puede estar hablándonos de un estado emocional más profundo que se activa con el cambio de ritmo entre el fin de semana y la semana laboral. Según expertos en la conducta, la mente comienza a proyectar lo que vendrá: obligaciones, reuniones, listas de pendientes y cierta pérdida de libertad. Esa anticipación genera un impacto emocional directo.

Cuando bajás el ruido, suben las emociones

Durante la semana, la rutina nos mantiene ocupados. El trabajo, las redes, las tareas, los compromisos. Todo se mueve rápido. Pero el domingo, cuando todo se frena, aparece un silencio que puede ser incómodo. Es ahí donde según, la psicología, la mente empieza a hablar más fuerte. Aparecen pensamientos que durante los otros días estaban acallados por la velocidad del día a día.

Según expertos en comportamiento humano, esta especie de "melancolía dominical" puede ser un llamado de atención. ¿Estamos disfrutando nuestra vida diaria? ¿Nos sentimos a gusto con nuestras elecciones? ¿O simplemente estamos sobreviviendo de lunes a viernes esperando el próximo descanso?.

En lugar de combatir esa sensación con distracciones o negarla, la psicología sugiere observarla con atención. A veces, la baja energía del domingo señala una desconexión con lo que hacemos el resto de la semana. Tal vez estemos postergando necesidades personales, desgastados por exigencias externas o viviendo en piloto automático.

Buscar actividades placenteras para el cierre del fin de semana, planear pequeños momentos de disfrute para el lunes o repensar nuestras prioridades son formas saludables de recuperar el control emocional.