Jardinería

Por qué tu Santa Rita no florece: 3 errores que no debes cometer y cómo solucionarlos

Mirá cómo mejorarla.
lunes, 9 de junio de 2025 · 19:15

La Santa Rita, también conocida como Bugambilia, es una de las plantas más vistosas y populares en jardines y balcones. Sus flores de colores intensos como fucsia, violeta o blanco transforman cualquier espacio en un rincón vibrante. Sin embargo, muchas personas se frustran al ver que, a pesar de sus cuidados, no florece.

La buena noticia es que esta planta no es complicada, pero necesita condiciones específicas para desplegar todo su potencial. Uno de los errores más comunes es la falta de exposición solar: necesita, como mínimo, 8 horas de sol directo por día. Es una planta que ama la luz y el calor, así que si la tenés en un lugar con sombra parcial o con sol limitado, difícilmente va a florecer.

La Santa Rita es un excelente ejemplar.

La solución es sencilla: trasladala a un espacio bien iluminado, como una terraza, un balcón orientado al norte o un rincón del jardín que reciba sol todo el día. El segundo punto clave es el riesgo del exceso de agua. La Santa Rita no tolera los encharcamientos ni la humedad constante. Regarla en exceso puede pudrir sus raíces y hacer que pierda fuerza, afectando su capacidad de florecer. Lo ideal es permitir que el sustrato se seque entre riego y riego, y asegurarse de que la maceta o el terreno tenga un buen drenaje.

Seguí estos consejos.

El tercer error es el uso inadecuado de fertilizantes. Muchas personas utilizan abonos ricos en nitrógeno, lo cual estimula el crecimiento de hojas pero no favorece la floración. En el caso de la Santa Rita, lo mejor es optar por fertilizantes con alto contenido de fósforo y potasio, que fortalecen la raíz y promueven una floración abundante.

Además, es importante no podarla en exceso. La Santa Rita florece sobre las ramas que ya están desarrolladas, así que una poda agresiva puede retrasar o impedir la aparición de flores. Si necesitás darle forma, hacelo de manera suave y controlada, idealmente después del período de floración.

Así va a florecer siempre.

Con estos tres simples ajustes, tu ejemplar se va a llenar de color y vitalidad. A veces, el secreto para un jardín floreciente está en pequeños detalles que marcan una gran diferencia.