No tiras las latas de gaseosa: mirá lo que podés hacer para darle un toque campestre a la puerta de casa

Si tenés latas de gaseosa vacías en casa, no las descartes, con un poco de ingenio y materiales simples, podés transformarlas en adorables pajaritos contenedores para suculentas. Esta idea no solo suma un detalle decorativo con estilo campestre, sino que también le da una segunda vida a algo que suele terminar en la basura. El resultado es tan vistoso que podés colgarlo en la puerta de casa o en cualquier rincón del patio. Es un proyecto ideal para hacer en casa, solo o en familia, usando latas como base principal.

Para empezar, cortá la parte superior de las latas y plegá dos veces hacia adentro, generando cuatro esquinas firmes que dan estructura. En la parte inferior, marcá a tres centímetros y cortá tiritas hacia arriba hasta esa altura. Esas tiras se convierten en las futuras partes del cuerpo del pajarito. Para hacer el pico, tomá una de esas tiras, cortala por la mitad, plegala otra vez y formá un pequeño triángulo. Con la tijera, redondeá suavemente las puntas. Luego seguís con las alas y la cola, moldeándolas con cortes y dobleces simples.

Utilizá pintura a la tiza, una tonalidad clara para el interior y una más intensa para el exterior. Con sellos podés estampar detalles en alas y cola. Después, aplicás barniz y fijás el pajarito sobre una base de madera. Se puede atornillar y queda listo para decorar. Estos diseños hechos con latas son una excelente forma de fomentar el reciclaje y sumar encanto natural a la casa.

Convertí frascos de vidrio en fanales decorativos con materiales que ya tenés

Por otro lado, si tenés frascos de vidrio vacíos y no sabés qué hacer con ellos. En lugar de tirarlos, transformalos en fanales decorativos que podés usar en cualquier ambiente de tu casa. Con papel de calcar, hilo rústico y una velita tipo tealight, podés crear una pieza única sin gastar nada.

Para empezar, asegurate de que el frasco esté limpio y seco. Cortá un rectángulo de papel de calcar que sea un poco más alto que el frasco y lo suficientemente largo como para rodearlo. Pegalo con cola vinílica asegurándote de que no queden burbujas. Una vez seco, podés personalizarlo: estampá con sellos, dibujá con marcador indeleble o escribí frases a mano alzada. Si querés sumar un detalle más, enrollá hilo de yute o soga fina alrededor de la boca del frasco y fijalo con una gota de pegamento.

Al colocar una vela pequeña dentro, el papel tamiza la luz y genera una atmósfera cálida y envolvente. Podés hacer varios y agruparlos en una bandeja para crear un centro de mesa, o usarlos individualmente como luz de noche.