REALEZA
Hierve en vivo y pudo haber sido peor: la reina Letizia, desencajada
No fue capaz de disimularlo ante la vista del país.
La reina Letizia está que trina: brama por los poros en el día más esperado del año y en su propia tierra. No es exagerado decir que la esposa de Felipe se lo ha pasado fatal.
No ha podido ocultar el malestar la reina Letizia de volver a caminar y compartir un acto con la emérita Sofía: tal como vemos en la imagen, su cara lo dice todo.
Incómoda y sin ánimos de sonreír ante las cámaras por debajo de las mascarillas, la frialdad de la reina Letizia nos ha hecho recordar a la peor versión de la monarca.
Si a la presencia molesta de la emérita se suma el revés que ha sufrido de parte de la propia Casa Real, al no poder invitar a su propia madre Paloma Rocasolano, bueno, no es difícil imaginar el clima en Zarzuela.
Es que la madre de la reina Letizia había protagonizado el debut de la princesa Leonor en la ceremonia de entrega del año pasado.
Pero ahora la reina Letizia se ha quedado sin su madre y no hubo lugar para sonrisas: ha sido un acto muy reducido, con escaso aforo y de muy corta duración.
La princesa Leonor ha posado junto a su abuela paterna, la emérita Sofía, tampoco sin mayor lugar a las emociones sobre la alfombra azul.
La cancelación de la invitación a los Premios Princesa de Asturias a la madre de la reina Letizia marca un punto final entre la actual consorte y la emérita: ni se dirigieron la palabra y el pobre rey Felipe, en el medio.
