REALEZA
Leyó lo que había en el papel y rompió en llanto: la reina Sofía no lo toleró
Muchas sensaciones juntas.
La reina Sofía quiso apoyar al sector gastronómico durante su visita a Toledo: como agradecimiento le mostraron un libro, leyó lo que le decía y no contuvo la emoción.
Todo comenzó cuando la propietaria de Venta de Aires le acercó a la reina Sofía el libro de visitas: la emérita se disponía a firmarlo cuando se topó con la firma de su propio hijo.
El rey Felipe había comido en el restaurante en 1997, acompañado de los compañeros de su promoción de la Academia Militar. En ese momento, las emociones invadieron a la reina Sofía.
Son tiempos sensibles en la Casa Real y para la reina Sofía no es menor recordar los tiempos felices de la Corona, esas de la década del 90 cuando todo era unión y armonía.
La reina Sofía está alejada de su propio hijo, quien ha intentado despegarse del pasado de la Casa Real aunque su propia madre sufra las consecuencias.
La reina Sofía, antes del emotivo momento, ha encontrado el cariño que no encuentra en su familia. Lo dijo la dueña del lugar: "Fue una grata sorpresa. Nos impresionó mucho verla entrar, porque no sabíamos que venía. Sabíamos que venía alguien importante, pero no que era ella".
La reina Sofía comió en la terraza: fue día espléndido para almorzar al aire libre y uno de los últimos placeres al aire libre debido a las nuevas disposiciones ante el rebrote de Coronavirus. Así la recuerda la dueña del restorán:
Fue un gusto como se portó con todo el mundo. Fue encantadora, muy natural, se hizo todas las fotos que le pidieron. Hasta hubo algún grito de 'viva el Rey' cuando la vieron entrar.
