Un rostro cargado de sinceridad, alegría y vida: Rosa María Sardá y el recuerdo que dejó

Rosa María Sardá falleció a la edad de 78 años, siendo víctima de un terrible cáncer. La mayoría de la gente la recuerda como una persona muy sincera y divertida. Pero muy pocos conocieron su faceta privada, su familia.

Rosa tuvo un solo hijo, Pol, nacido de su relación con Josep María Mainat. Las pocas veces que en público habló de su familia, lo hizo para resaltar solo las cosas buenas.

La artista siempre decía lo que se le pasaba por la cabeza, su personalidad daba para mucho, sobre todo para la ironía. Ella se fue acompañada de sus seres queridos, de hecho, su ex pareja le dedicó una linda fotografía junto a Pol.

Pol fue su compañero y tuvo una relación con su madre más allá de lo afectivo, incluso la dirigió en la serie catalana Dues dones Divines (Dos mujeres divinas), la misma fue interpretada por Rosa y Verónica Forqué.

Sardá siempre tuvo una personalidad muy alegre, y la prueba de eso ocurrió en el mes de diciembre pasado donde en un acto privado dijo que tenía ganas de fallecer, inmediatamente señalaría: “Tranquilos, amigos, que estoy la mar de bien”, metiendo humor a sus palabras.

Muchos que la conocieron en vida, dicen lo mejor de la famosa, como el aclamado director teatral, Lluis Pascual en la cadena Ser: “Era una persona y una actriz extraordinaria, alguien insustituible”, haciendo énfasis en el hueco que deja su partida.

Hace algunos meses la española tuvo una charla con su hermano Xavier en la Sexta Noche, allí habló del lanzamiento de su libro, “Un incidente sin importancia”, y él por qué no, lo había publicado a pesar de tener más 30 años escrito. Rosa María dijo: “Me daba vergüenza publicarlo”.

"Un día me levanté y vi que era una vieja. Pensé, ¿y ahora qué?, ya no voy a hacer los papeles del cine y el teatro", dijo la ibérica, además contó que cómo le habían dicho que los libros estaban bien, decidió publicarlos.