La conmovedora carta con la que Adela González agradeció el apoyo recibido tras perder a su hija

Durante los últimos meses la farándula española ha tenido que enfrentarse a las noticias más dolorosas; por un lado está Ana Obregón con el fallecimiento de su hijo Álex Lequio; y hace un poco menos de un mes, Adela González tuvo que vivir en carne propia ese mismo dolor cuando tuvo que despedir a su nena.

La comunicadora social anunció a través de sus redes sociales que su "sirenita", Andrea, a los ocho años había perdido la batalla que tenía con el cáncer al que denominaron como sarcoma de Ewing, y desde ese preciso momento ha recibido miles de mensajes llenos de solidaridad y apoyo.

Por esta razón, Adela decidió redactar una sentida carta para agradecer todas las demostraciones de cariño y aliento durante estos duros días, y también por el trabajo del personal médico que atendió a su hija durante todo este difícil proceso. Inició con estas tristes palabras:

"La vida cambia en un minuto. Ese en el que Ana Martínez, su pediatra del centro de Salud Basurto, descubre que ese pulmón, que tantas veces ha escuchado, suena un poco raro. Otro minuto para que el TAC confirme que hay una masa en la pared costal. Y al siguiente, está ingresada en la planta de Oncología Pediátrica del hospital de Cruces (...) Los que tenemos miedo ahora somos nosotros. Nuestra niña sana de 6 años tiene un tumor raro con mal pronóstico...".

Mientras avanzaba en sus párrafos, la periodista recordaba cómo fue cada proceso, durante 10 meses, al que debió enfrentarse su retoño, y dejó saber la increíble admiración que siente por la fortaleza que esta demostró ante cada quimioterapia, radioterapia, cirugía: 

"No imaginábamos que un cuerpo tan pequeño y mermado por un tumor sería capaz de capear semejante temporal, y lo hizo... El tumor nos dio una tregua y una alegría... A pesar de todo, pudimos disfrutar de un verano maravilloso. Rodeada de sus amigos, de su familia, de su playa y animales. 'Cuando estoy con ellos me siento viva', decía...".

Por otro lado, además de hacer un pequeño viaje por la circunstancia más difícil que le tocó vivir como madre, González dejó saber que los objetivos principales de su carta eran enaltecer el valor del personal sanitario y concientizar sobre la complicada enfermedad, ya que es algo de lo que nadie está exento.

La española destacó que su hija pudo cumplir con uno de sus sueños más grandes antes de partir: tener perritos, y en sus últimos días, cuando los sacaba a pasear con una bomba de morfina pegada a su brazo decía "El mejor día de mi vida". Para cerrar el texto agregó: "Gracias por esos mensajes en forma de arcoíris, sirenitas, egun on, corazones de todos los colores... cuando el que nosotros enviamos de vuelta, antes y más ahora, es solo uno, uno roto".