REALEZA
Sabe que no es perfecta y ruega perdón: el fallido de la Reina Letizia
Le cuesta admitir errores.
La Reina Letizia tiene una obsesión en la vida: garantizar la institución de la Casa Real. Su preocupación es compartida por la Reina Sofía.
Otra obsesión que gobierna a la Reina Letizia es la idea de perfección en ella, en el Rey Felipe y en sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Cristina.
Hay que recordar solamente lo que pasó al principio de la gira por España cuando la Reina Letizia, atenta al más mínimo detalle, le ordenó al Rey Felipe que se apoyara en la barra para dialogar con los empresarios.
Con sus hijas no es menos: la Reina Letizia se mete hasta en el menú de Leonor y Sofía, controla sus redes sociales y todo lo que tenga que ver con sus pasos.
Pero ella misma, la Reina Letizia, por más que intente ser perfecta sabe que no puede y una muestra de ello ha sido el último fallido protagonizado durante la gira.
Envuelta en su particular gira por España, la soberana llegó a Jaca (Huesca), ciudad de su séptima parada, donde han visitado el Real Monasterio de San Juan de la Peña.
El recorrido ha estado marcado por un fallido de la Reina; luego de visitar los muros del histórico monasterio, ha recorrido las estancias, pasillos y el claustro.
La Reina Letizia ha cometido un desliz que no ha pasado desapercibido a los presentes. Saludó a lo lejos sin acercarse a un pequeño grupo que les estaba esperando y siguió caminando: eran las autoridades de la zona. Puede fallar.
