La democracia en Brasil se debilita bajo el mandato de Bolsonaro

El informe evidencia un deterioro de la democracia.
lunes, 13 de enero de 2020 · 13:17

En el último informe anual sobre la calidad de la democracia en el mundo de V-dem, un instituto de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), Brasil se ubica en el 30 % de los países más democráticos. Es decir, en el puesto 53 de 179 países que componen la lista.

Como referencia, la institución refleja que España se encuentra en el ranking con el puesto 26 y EE.UU. en el 27. Un dato de interés alerta que el país sudamericano vive al igual que Estados Unidos una alarmante autocratización. El balance corresponde al año 2018, antes de la llegada del presidente Jair Bolsonaro, pero apunta a que el debilitamiento democrático se dio a partir de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.

El profesor Staffan I. Lindberg, director de V-dem, señala que aunque el informe sobre 2019, aún está en elaboración y se publicará en unos meses, Brasil es uno de los países en los que la democracia se deteriora más rápida e intensamente.

Los investigadores sociales apuntan que el debilitamiento democrático del gigante latinoamericano está relacionado, tal como recoge el diario español El País, a los “esfuerzos del presidente y su Gobierno para acallar a los críticos, sean adversarios políticos, jueces que investigan la corrupción, periodistas, académicos o miembros de la sociedad civil”.

“Es lo que hizo (Recep Tayyip) Erdogan cuando llevó a Turquía de la democracia a la dictadura, lo que hace (Viktor) Orban en Hungría, que está cerca de dejar de ser una democracia, y exactamente lo que (Narendra) Modi hace en India”, advierte Lindberg en relación al gobierno del país latinoamericano.

El investigador sueco señala dos ámbitos que constituyen una amenaza para la democracia tanto de Brasil como de otros países: la censura a la disidencia y a los medios de comunicación. “No son necesarios cambios legales para que un país se convierta en una autocracia electoral. Mire Bielorrusia”, subrayó.

En septiembre de 2019, la Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de la alta comisionada para los Derechos Humanos, había advertido que “estos últimos meses, hemos observado (en Brasil) una reducción del espacio cívico y democrático, caracterizado por ataques contra los defensores de los derechos humanos y restricciones impuestas al trabajo de la sociedad civil”.