Murió de coronavirus uno de los principales defensores de la Amazonia brasilera, Paulinho Paiakan

El cacique estaba internado en el estado de Pará.
jueves, 18 de junio de 2020 · 11:01

El cacique Paulinho Paiakan, uno de los máximos defensores de la Amazonia brasilera, y preso por una condena de abuso, murió por coronavirus en el sur del estado amazónico de Pará. Tenía 67 años.

Paiakan se hizo conocido por ser uno de los líderes del Encuentro de los Pueblos Indígenas del Xingu. Allí, estuvo en contra de la construcción de la hidroeléctrica Belo Monte, en la década de 1970. En 1998 el líder indígena fue condenado a seis años de prisión por un atentado deshonesto a una estudiante en 1992, con la ayuda de Irekra, su esposa.

La Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) confirmó la muerte del cacique el martes, en un hospital de la ciudad de Redenção, en el norteño estado de Pará, que está siendo asediado por los casos de coronavirus.

Desde hace varias semanas que se denunció el incremento en los casos de coronavirus en las regiones de Brasil con mayor proporción de población indígena. Paiakan murió en Pará, el cuarto estado con más casos positivos contabilizados en el país, con unos 70 mil infectados.

El estado de Amazonas es el que tiene mayor número de indígenas en todo Brasil, 168.700 de acuerdo al último censo, y es el sexto más golpeado por el coronavirus con más de 55 mil casos registrados.

Estas zonas de Brasil suelen tener muchas carencias a nivel sanitario y Arthur Virgílio Neto, alcalde de Manaos, capital de Amazonas, alertó por “un genocidio” de estas comunidades en toda la Amazonia.

La crisis epidemiológica agudizó una crisis institucional que debilita cada vez más al presidente Jair Bolsonaro. Por los mensajes de los bolsonaristas y de parte del círculo militar, la posibilidad de que haya un golpe de Estado cobra cada vez más fuerza.

En una entrevista con Band News, el jefe de Estado brasilero afirmó que “el personal militar somos los verdaderos responsables de la democracia en este país. Nunca seguiríamos órdenes absurdas, pero nunca aceptaríamos un juicio político para destruir a un presidente elegido democráticamente”.