Por qué cuando aparece un pez remo el mundo tiembla

Se han visto dos en los últimos dos meses.
domingo, 26 de julio de 2020 · 10:05

Hallar un ejemplar de pez remo nunca es una buena señal. Cuando hace unos días se encontró uno en la Bahía Pichilingüe (La Paz, México), los mexicanos se inquietaron. Es que, según la cultura japonesa, el también llamado pez sable es de mal augurio: puede presagiar terremotos y tsunamis.

Fue el pasado 16 de julio que el editor de la Red Climática Mundial, David Zabedrosky, dijo haber encontrado un pez remo en Baja California sur y las alarmas se encendieron. Días después, el 21 de julio, un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter sacudió Alaska y se emitió una alerta de tsunami.

Un mes atrás, se había hallado un ejemplar de esta especie en la isla mexicana de Cozumel. Diez días después se produjo un terremoto de 7,5 grados en México. Un alerta de tsunami fue lanzada para alertar al país azteca y a otros de la región. 

Conocido científicamente como pez remo gigante, esta especie alcanza los 11 metros de largo, por lo que es considerado uno de los peces óseos más largos que se conocen. El pez sable habita en aguas profundas, por debajo de los mil metros de profundidad, por lo que hallarlo es extremadamente raro.

En Japón, el pez de mal agüero es conocido como Ryugu no tsukai, expresión que se traduce como “Mensajero del Palacio del Dios del Mar”. En el país asiático se cree que si un gran número de estos especímenes se acerca a las playas, significa que aproxima un terremoto o tsunami.

La creencia japonesa también tiene un plus para quien lo encuentra: queda maldito. Aunque los tsunamis esta vez no se produjeron, la aparición del pez, el presagio y el resultado, parecerían confirmar la creencia. Los científicos, por lo menos, así lo creen.

Los remo son peces que viven muy cerca del fondo del mar, por lo que “son muy sensibles a los movimientos de fallas activas”, según explicó el sismólogo japonés Kiyoshi Wadatsum. De esta manera, afirmó que no sería extraño que se acerquen a la superficie al detectar movimientos extraños en las profundidades.

Los científicos también encuentran posible que estos movimientos en el fondo del mar -que pueden anticipar terremotos-  puedan liberar compuestos tóxicos que podrían matar a los peces u obligarlos a subir a la superficie.