No afloja el fuego cruzado en Nagorno Karabaj: máxima tensión en el tercer día de combates
La comunidad internacional llama a un alto el fuego.
La nueva escalada de violencia entre Azerbaiyán y los separatistas armenios de Nagorno Karabaj iniciada el domingo no se detiene. En el tercer día de combates, ambas partes afirmaron haber causado pérdidas a su enemigo.
Los secesionistas de la disputada región -apoyados política, económica y militarmente por Armenia- indicaron que habían derribado drones y helicópteros, así como destruido tanques y otros vehículos militares de Azerbaiyán.
Este último, por su lado, afirmó que había destrozado “una columna motorizada armenia”, “una unidad de artillería” y vehículos blindados. Más allá de las pérdidas materiales, desde el domingo se registraron oficialmente 99 víctimas fatales.
De aquellas, 15 eran civiles, diez de Azerbaiyán y cinco de Armenia. Según Nuné Arakelián, una profesora que habita en la capital del enclave de Nagorno Karabaj, entrevistada por la agencia Efe, esta es la peor escalada desde la tregua de 1994.
Es la primera vez que nos escondemos en refugios.
Mientras tanto, los llamados al alto el fuego por parte de los países que median en el histórico conflicto -Rusia, Francia y Estados Unidos- no están siendo oídos. Se quiere evitar, a toda costa, una guerra abierta entre Bakú y Ereván.
El territorio de Nagorno Karabaj es zona de disputa entre Armenia y Azerbaiyán desde que se disolvió la Unión Soviética. Esta región, aunque oficialmente dentro de los límites azerbaiyanos, está habitada en su mayoría por armenios cristianos.
Cuando Nagorno Karabaj quiso unirse a Armenia, estalló una guerra que dejó unas 30.000 víctimas y que terminó con una tregua en 1994 con la región bajo control de los secesionistas respaldados por el Gobierno armenio.
