Brasil
Conejillos de Indias: investigan la muerte de 200 personas en Brasil durante pruebas de un fármaco
De confirmarse, el caso en Brasil podría tratarse de la peor violación a la ética médica en América Latina.La Comisión Nacional de Ética en la Investigación de Brasil (CONEP, por su sigla en inglés) investiga la muerte de 200 personas que participaron de pruebas de un tratamiento experimental para el coronavirus. Lo que sucede es que ninguno de los involucrados sabía que era parte de un estudio.
El tratamiento contemplaba el uso de proxalutamida, una droga experimental que se utiliza para tratar algunos tipos de cáncer. Las pruebas habían sido autorizadas por la CONEP, que depende del Ministerio de Salud de Brasil y que fiscaliza los estudios realizados en humanos en el país vecino, pero no se siguieron los protocolos adecuados.
Por ejemplo, esta Comisión de Brasil había aprobado que las personas involucradas en el estudio sean 294, pero finalmente se incluyeron a 645. Asimismo, algunos de los ciudadanos eran “pacientes de cuidados intensivos gravemente enfermos”, algo que tampoco había sido autorizado.
Las irregularidades siguen. Las denuncias de este experimento llegaron de ciudades que no habían sido autorizadas por la Comisión para participar del estudio. Además, no se hizo un seguimiento de los enfermos.
El coordinador de la CONEP, Jorge Venancio, contó el caso de un paciente que recibió este medicamento y a quien le fue indicado que lo continuara tomando por 15 días después de la internación. Sin embargo, no hubo un seguimiento del caso.
“Después no tuvo ninguna prueba para saber el resultado. O sea, ellos no lo estaban usando como investigación, sino como tratamiento”, explicó Venancio. “Porque en una investigación tenés que saber el resultado, ver si hay reacción, alertar que no se puede quedar embarazada y demás”, continuó y sentenció: “Eso no es investigación, es tratamiento, y la sustancia no tiene registro de Anvisa [el ente regulador brasileño], o sea, es algo totalmente irregular”.
Las preocupaciones de la CONEP derivaron en un escándalo bioético. La Red Latinoamericana y del Caribe de Educación en Bioética de la Unesco (la agencia de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) emitió un comunicado en el que afirmó que, si se constatan las irregularidades, podría tratarse de uno de los “episodios más serios y graves de infracción ética” y de “violación de los derechos humanos” en pacientes de América Latina.
El caso de Zenite
Uno de los denunciantes es la familia de Zenite Gonzaga Mota que enfermó de coronavirus en febrero. Después de una semana de empezar a sentir los síntomas, fue internada en Itacoatiara (Amazonas). Días después, se le recetaron tres pastillas de proxalutamida al día.
“No se nos explicó qué medicamento era ni que se trataba de un estudio. Solo nos dieron un papel que firmamos porque confiamos en los médicos”, contó Alessandra Mota, su sobrina.
Los familiares recibían los medicamentos y ellos mismos se los administraban a los enfermos según las indicaciones médicas. Nunca nadie hizo ningún tipo de seguimiento, según relató Mota. Nadie se cercioró de que lo estuviera tomando bien y nadie anotó ningún resultado.
Gonzaga Mota no solo no mejoró, sino que empeoró. Su sobrina afirmó que le empezó a faltar el aire ni bien comenzó a tomar la medicación, tenía hematomas en un pie, diarrea y sangre en la orina. Finalmente, la mujer fue trasladada a Manaos, la capital estatal, en “estado de debilidad” y murió al día siguiente. Ahora, su familia exige que se esclarezca su caso.