Estados Unidos
Joe Biden y Xi Jinping cruzaron advertencias por Taiwán en una extensa cumbre: duró casi cuatro horas
Tanto Joe Biden como Xi Jinping subrayaron que las conversaciones habían sido positivas.El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par chino, Xi Jinping, abordaron los principales puntos que agudizaron la rivalidad entre ambos países en los últimos años, entre ellos, Taiwán.
Joe Biden aseveró que su país “se opone firmemente” a cualquier intento "unilateral de cambiar el statu quo o de socavar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán". No obstante, el país dirigido por el demócrata apoya militarmente a la isla.
Xi, por su parte, advirtió que trabajar por la independencia de Taiwán es “jugar con fuego”. "Si los separatistas de Taiwán nos provocan, nos obligan o incluso cruzan la línea roja, entonces tendremos que tomar medidas", respondió a Joe Biden.
Mientras que Pekín calificó a la cumbre como “fructífera” y “profunda” y que había sido fundamental para limar asperezas, Washington afirmó que la conversación había sido “respetuosa y directa”, pero que no hubo avances.
Las otras claves de la reunión
Tanto el mandatario chino como el estadounidense estuvieron de acuerdo en que ambos países deben trabajar juntos en lo que atañe a la lucha contra el cambio climático, la seguridad energética, la solidez de las cadenas de suministros y la pandemia.
“Puede que la cooperación entre China y Estados Unidos no resuelva todos los problemas, pero pocos pueden ser resueltos sin esa cooperación”, aseguró Xi.
La “guerra comercial” que mantienen las naciones también estuvo presente en la cumbre virtual. Joe Biden enfatizó su postura de defender a los trabajadores y empresas estadounidenses de las prácticas comerciales chinas que calificó como “desleales”.
Xi, por su parte, pidió a la Casa Blanca que no use la seguridad nacional como pretexto para eliminar la competencia china en territorio estadounidense.
Por otro lado, Biden declaró su preocupación por la situación de los derechos humanos en Hong Kong, Tibet y Xinjiang, a lo que Xi contestó: "Sobre la base del respeto mutuo, estamos dispuestos a entablar un diálogo sobre las cuestiones relacionadas con los derechos humanos, pero rechazamos que los derechos humanos sirvan de pretexto para injerirse en los asuntos internos de otro país".