Estados Unidos

Por primera vez en 73 años, se podrá visitar la Tumba del Soldado Desconocido en Estados Unidos

Hasta ahora, solo algunas personas podían acercarse al famoso sarcófago en honor a los caídos de Estados Unidos.
sábado, 6 de noviembre de 2021 · 11:24

Los ciudadanos de Estados Unidos podrán visitar la Tumba del Soldado Desconocido y dejar flores en honor a los caídos anónimos en las diferentes guerras por primera vez desde 1948. No obstante, solo podrán acercarse el 9 y 10 de noviembre, en el aniversario número 100 de su construcción.

La tumba de mármol blanco está ubicada en el cementerio militar de Arlington, en el estado de Virginia, al este del país norteamericano. El sarcófago representa a todos los soldados que murieron en las distintas guerras que libró el país desde la Primera Guerra Mundial y cuyos restos no pudieron ser llevados de nuevo a Estados Unidos.

El sarcófago se inauguró con los restos anónimos de un soldado estadounidense que fueron llevados desde Francia en 1921, dos años después de que terminó la Primera Guerra Mundial.

Representantes del pueblo nativo crow serán los primeros en dejar flores ante la tumba. Es que, cuando fue construido el monumento hace 100 años, el Gobierno de Estados Unidos invitó a este y otros pueblos nativos para reconocer el papel que tuvieron durante la Primera Guerra Mundial. En aquella ocasión, Plenty Coups, el entonces jefe de los crow dirigió un rezo en honor a los caídos y que la semana viene repetirá.

Se cree que entre 8 mil y 15 mil nativos norteamericanos pelearon en la Primera Guerra Mundial.

 

De lugar de picnic a lugar sagrado

La Tumba del Soldado Desconocido fue creada para dar respuesta a un gran problema que surgió tras la Primera Guerra Mundial: la imposibilidad logística de llevar de vuelta a Estados Unidos a los caídos en Europa. Así, aleatoriamente, se seleccionaron los restos de un soldado que perdió la vida en Francia y pasó a representar a los miles que murieron y cuyos cuerpos quedaron allá.

Luego, se trasladaron los restos de soldados anónimos de la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea y de la guerra de Vietnam, aunque los de este último fueron identificados y luego se sacaron de allí.

Al principio, era un lugar abierto totalmente al público. Las personas se acercaban, se arrodillaban y dejaban flores. Sin embargo, con el correr del tiempo se hizo un lugar mucho más público.

Inclusive, las familias iban a hacer picnics alrededor de la tumba y apoyaban su comida sobre ella. Además, los fotógrafos aprovechaban a ofrecer sus servicios a los visitantes, quienes se sentaban sobre el sarcófago para posar. Ni hablar de que había parejas que se ponían “excesivamente románticas” por las noches, como explicó la historiadora Beth Bailey al New York Times.

Todo este comportamiento no gustó nada a los veteranos y comenzaron a tomarse medidas. Al principio, se dispuso una valla baja de madera y después se optó por colocar una cadena para mantener alejados a los visitantes.

Según los historiadores, aquel tipo de comportamiento no era raro en la época.

Finalmente, en 1948, Washington tomó medidas más drásticas. La tumba pasó a ser considerada un lugar sagrado y a ser vigilada las 24 horas del día por oficiales del Tercer Regimiento de Infantería, por lo que solamente algunas personas podían acercarse. Esto es, hasta el próximo martes.