Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud: diez maneras de identificarla hoy en día

El Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud fue designado para poner el foco en las formas de esclavitud moderna, que afecta a unos 40 millones de personas en todo el mundo, principalmente en África y el sudeste asiático.

Las Naciones Unidas insisten en que la esclavitud es una problemática que “no es una reliquia del pasado”, sino que está muy presente: solo cambió de forma.

Todavía no existe una ley que defina exactamente a la esclavitud moderna, pero se utiliza como término general para referirse a prácticas que abarcan desde el trabajo forzado hasta el trabajo infantil, el matrimonio forzado, el reclutamiento de niños para conflictos armados y la trata de personas.

Las formas de esclavitud que persisten se basan en una “discriminación arraigada contra los grupos más vulnerables de la sociedad, como las personas consideradas de casta inferior, las minorías tribales y los pueblos indígenas” o las poblaciones migrantes, según explican las Naciones Unidas.

Las personas víctimas de situaciones de explotación no son capaces de abandonar las condiciones a las que son sometidas a causa de coerción, violencia, engaño o abuso de poder.

Diez maneras de identificar la esclavitud moderna

El máximo organismo internacional sostiene que uno de los principales obstáculos para erradicar las nuevas formas de la problemática es que se oculta a simple vista, por eso, llama a los ciudadanos de todo el mundo a estar atentos para identificarla.

Una de las maneras de hacerlo es ver si hay personas que fueron engañadas, por ejemplo, que les prometieron una buena oportunidad laboral en otro país, pero que era mentira.

También puede ocurrir que se aísle a las víctimas, es decir, que sean obligadas a trabajar en lugares remotos o que se les impida que puedan comunicarse con sus familiares o cualquier persona que hable su idioma.

Si el pasaporte o documentos importantes de una persona fueron confiscados, también se está frente a uno de los indicios de esclavitud moderna.

Lo mismo sucede con las personas que trabajan para pagar una deuda, cuyos términos no pueden negociar y que estos cambian a discreción del prestamista. Tanto es así que pueden pasar de generación en generación. Esto es común en el sur de Asia.

En otras situaciones, los trabajadores no reciben ni un centavo del pago que se les prometió para obligarlos a aceptar las malas condiciones de trabajo o para impedirles cambiar de empleo bajo amenaza de que no les pagará nada.

El trabajo forzoso también se ve cuando a una persona se le obliga a trabajar más cantidad de horas extras de las que permite la legislación nacional y estas nunca se pagan.

Otro de los aspectos que puede alertar que hay personas bajo régimen de trabajo forzoso son las malas condiciones de vida a las que son sometidas. Este es el caso, por ejemplo, de una plantación en Brasil, donde los trabajadores vivían en carpas de plástico y bebían agua contaminada.

Las amenazas y la intimidación de los trabajadores son indicios de la esclavitud moderna. Lo mismo sucede con el secuestro con fines de explotación sexual y la violencia física, para obligar a las personas vulnerables a hacer tareas contra su voluntad.