Francia
Los microplásticos atraviesan continentes a causa de los vientos de altitud, según un nuevo estudio
Los microplásticos no saben de fronteras y representan un problema global, confirman los investigadores.Un grupo internacional de científicos verificó que los vientos a grandes alturas trasladan microplásticos incluso de un continente a otro, por lo que afirmaron la alerta, ya que se trata de un problema global.
Los expertos de centros de estudios franceses y escoceses recolectaron muestras en un observatorio situado a 2.877 metros de altitud, en los Pirineos franceses. Allí vieron que todas contenían microplásticos, partículas tan pequeñas que incluso podrían ser aspiradas.
El hallazgo, publicado hoy en la revista Nature Communcations, es significativo, puesto que en esta zona el aire supuestamente debería estar limpio. Por ello, los científicos se dispusieron a descubrir de dónde venían los microplásticos.
Entonces, calcularon cuál era la trayectoria de varias masas de aire de las muestras los sietes días previos a que fueran tomadas. Allí vieron que los contaminantes provenían de África (para lo que tuvieron que cruzar el Mediterráneo) y también de América del Norte a través del Atlántico.
Lo que sucede es que esta zona atmosférica (la troposfera libre) es utilizada por los microplásticos como un carril ultrarrápido para abarcar grandes distancias, según explicó Steve Allen, el autor principal del estudio, citado por la agencia AFP.
Un problema global
El hallazgo más importante de la investigación, no obstante, tiene que ver con que el origen de estos microplásticos se sitúa en el agua de mar.
"Que el plástico sea arrastrado desde el océano hasta alturas tan elevadas demuestra que no hay ningún sumidero de almacenamiento posible, está dando vueltas en un ciclo perpetuo", aseveró Allen. "Demuestra que no se puede enviar el plástico al extranjero, porque volverá" de otra forma, agregó.
Por ejemplo, los microplásticos regresarán de manera tan reducida que ni siquiera nos daremos cuenta cuando los inhalemos, indicó, por su parte, Deonie Allen, otra de las científicas, y sentenció: “(Estos resultados) demuestran que se trata de un problema global".