Canadá, la UE y EE. UU. imponen un nuevo paquete de sanciones contra Bielorrusia
Moscú y Pekín califican las penalizaciones como un intento de “guerra económica”.Continúan las repercusiones por el caso Román Protasevich: a dos días de cumplirse el primer mes de la detención arbitraria del periodista bielorruso y su compañera, Sofia Sapega, en el aeropuerto internacional de Minsk, capital de Bielorrusia, el pasado 24 de mayo, la comunidad internacional liderada por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Canadá han decidido adoptar un nuevo paquete de sanciones contra varios funcionarios del presidente Alexandr Lukashenko.
Desde la Casa Blanca, el Gobierno estadounidense y los países aliados han acordado aplicar prohibiciones de viaje a unos 46 funcionarios públicos del régimen bielorruso, incluidos un hijo del presidente y varios altos mandos del Ejército del país. Asimismo, el Departamento del Tesoro de EE. UU. bloqueó los activos de unas cinco empresas asociadas directamente al líder Lukashenko y otros 16 empresarios bielorrusos.
Fuente: (Euronews).
Esta nueva medida sancionatoria se suma a las ya instaladas hace un par de semanas, cuando los 27 países miembros de la UE, además de Israel, Reino Unido, Ucrania, Estados Unidos y Canadá le prohibieron el acceso al espacio aéreo a todos los vuelos comerciales provenientes de Bielorrusia, así como la cancelación de todos los viajes “esenciales y no esenciales” desde estos destinos hacia el país en discordia.
Todo esto como medida de presión contra el gobierno de Lukashenko para exigir la liberación inmediata de Román Protasevich y Sofía Sapega, quienes permanecen detenidos bajo el régimen bielorruso.
La respuesta de los amigos de Bielorrusia
Tras conocerse el nuevo paquete de sanciones dispuesto por los países antes mencionados, los Gobiernos de Rusia y China reiteraron su respaldo a Minsk y calificaron las sanciones de “criminales", a la vez que cuestionaron las intenciones de Europa y EE. UU., a quienes acusan de “intentar gestionar una guerra económica en el país europeo”. A la par, precisaron que la “acción es injerencista” e instaron a los países a “respetar la soberanía y los asuntos internos de Bielorrusia”.