Bolivia extiende el estado de emergencia, aunque descarta una nueva cuarentena

Se mantiene la prohibición de viajes y las restricciones al transporte territorial.
viernes, 25 de junio de 2021 · 13:30

Bolivia, el octavo país latinoamericano con más casos de coronavirus registrados hasta ahora, ha decidido ampliar por dos meses más el estado de emergencia sanitaria vigente actualmente, como marco restrictivo para frenar un nuevo rebrote de la pandemia, una flagelo que ya deja en el país 429.178 contagios confirmados y 16.414 muertes en toda la nación, citando datos de la Universidad Johns Hopkins.

La resolución, aprobada por el presidente de la República de Bolivia, Luis Arce, ha sido prorrogada hasta el próximo 31 de agosto, lo cual implica una extensión de más de dos meses en todos los protocolos de “vigilancia sanitaria, monitoreo epidemiológico y medidas restrictivas” impuestas para contener el virus en el país, aunque se ha descartado imponer un nuevo confinamiento estricto. 

El país ha registrado más de 3.000 infecciones diarias por varios días.

Así lo confirmó el mismo ejecutivo justo antes de su viaje a Venezuela para asistir a la Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), a desarrollarse en Caracas este fin de semana.

Según la reseña del diario Sputnik News, este marco regulatorio vencía el próximo miércoles, 30 de junio, y está en vigencia desde el pasado 16 de enero de 2021. Ahora bien, el Gobierno boliviano ha sugerido la posibilidad de extenderlo mucho más, pero todo dependerá de la “situación epidemiológica” de los próximos meses

1,7 millones de bolivianos han recibido la vacuna contra el coronavirus.

 

Las medidas que continuarán vigentes

La Gaceta Oficial de Bolivia, donde se reseña esta nueva resolución, especifica que “se mantienen todos los protocolos sanitarios de prevención” recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como: la distancia social preventiva, el uso obligatorio de mascarillas en espacios abiertos y cerrados, la prohibición de reuniones sociales en espacios cerrados y la actividades “políticas, religiosas o culturales” que generen aglomeraciones masivas. Además de las limitaciones en el transporte publico y privado, el ingreso a la fronteras terrestres y los viajes no esenciales entre provincias.