Chile deja atrás la era pinochetista para inaugurar las sesiones constituyentitas

A escasos cuatro días de que arranquen las sesiones extraordinarias de la “inédita” Convención Constituyente en Chile, más de la mitad de los redactores que se encargarán de refundar la nueva Carta Magna chilena se reunieron de forma telemática para debatir los puntos más importantes que se tratarán, durante la instalación oficial del cónclave. Este fue pautado para el próximo domingo, 4 de julio.

Un total de 78 constituyentistas, todos elegidos por voto popular, dejaron asentadas las bases para lo que será la maratónica jornada dominical, donde el tema principal de la mesa se ha centrado en los “los indultos para los promotores del estallido social del 2019”, cuando el pueblo entero exigió en las calles del país el fin de la oscura era pinochetista y el inicio de una nueva página más justa y reivindicativa para la mayoría chilena. 

Los principales desafíos

Con los indultos como telón de fondo, los 155 constituyentistas que conforman este nuevo circuito legislador (el primero en la historia chilena) deberán erradicar de raíz el modelo neoliberal ultraconservador heredado de la dictadura de Alberto Pinochet, centrándose en la igualdad de derechos y el acceso equitativo de los servicios públicos.

Entre los temas más destacados se encuentran la gratuidad urgente de la salud y la educación, dos deudas históricas que el Estado ha postergado durante décadas. También, se debatirá el marco del sistema pensionario y jubilatorio de Chile, pensado para que sea mucho más justo y digno; además de las tan esperadas discusiones sobre la nacionalización de los servicios públicos. 

La redacción de la nueva Constitución de Chile está a cargo de 155 personas, miembros de las bases sociales, con representación igualitaria para hombres y mujeres. Cuenta con 17 representantes de los pueblos originarios, además de una amplia mayoría independiente y de la izquierda chilena. Solo 38 curules conforman a la derecha nacionalista.

Finalmente, al finalizar el proceso de redacción de esta Carta Magna (en 12 meses) el pueblo chileno deberá volver a las urnas para votar si acepta o no la nueva legislación. Este sufragio ha sido pautado para octubre del 2022 y será obligatorio.