Dijeron que eran del ISIS, pero eran niños: el trágico “error” en Kabul que Estados Unidos reconoció

El ataque con drones tuvo lugar tres días después del atentado suicida en el aeropuerto de la capital de Afganistán.
sábado, 18 de septiembre de 2021 · 08:47

El jefe del Comando Central de Estados Unidos, el general Kenneth McKenzie, reconoció que un ataque de sus fuerzas en Kabul, la capital afgana, había asesinado a diez civiles: siete de ellos eran niños.

“El ataque fue un trágico error", afirmó el militar del país norteamericano que dio a conocer el resultado de la investigación. Tras hacer pública la información, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, pidió disculpas por la equivocación estadounidense.

"Ofrezco mis más profundas condolencias a los familiares supervivientes de los que murieron", afirmó el funcionario en un comunicado y agregó: "Pedimos disculpas y nos esforzaremos por aprender de este horrible error".

McKenzie aseveró que se buscará la manera de indemnizar a las familias de los asesinados.

 

Cómo fue

El ataque estadounidense tuvo lugar el 29 de agosto, 3 días después de que un asalto suicida causara la muerte de decenas de personas, incluidos varios soldados de Estados Unidos en uno de los accesos al aeropuerto de Kabul.

Según el relato de McKenzie, ese día, la inteligencia de Washington había rastreado a un Toyota blanco durante ocho horas. Lo habían visto en un lugar de Kabul donde se creía que el grupo terrorista ISIS-K (la sigla en inglés de Estado Islámico de la Provincia de Jorasán) preparaba un nuevo ataque contra el aeródromo.

Las autoridades de Estados Unidos pensaban que el auto iba cargado con explosivos. Se autorizó el bombardeo “en defensa propia” y se disparó. Sin embargo, no eran explosivos, sino que eran varios bidones de agua y los sospechosos no eran militantes del ISIS-K, sino tres adultos desarmados y siete niños.

Uno de los hombres asesinados incluso trabajaba para un grupo de ayuda estadounidense en el terreno. Sus cuatro hijos murieron con él.

"Seleccionamos este coche basándonos en su movimiento en una zona conocida de interés para nosotros", intentó explicar McKenzie y agregó: "Está claro que nuestra inteligencia se equivocó con este Toyota blanco en particular".

La “certeza razonable” que McKenzie dijo que tenía la inteligencia estadounidense para realizar el ataque terminó, en realidad, en una matanza gratuita de niños y adultos inocentes. Sus muertes se suman a las de los más de 71 mil civiles que murieron en Afganistán y Pakistán desde que Estados Unidos declaró la guerra en 2001.