Se abren las puertas para una posible cumbre diplomática entre Corea del Norte y del Sur
El diálogo intercoreano podría darse “muy pronto”, pero solo bajo la premisa del “respeto mutuo”.La hermana del máximo líder de Corea del Norte y principal asesora del Gobierno norcoreano, Kim Yo Jong, dio a conocer este sábado que su país evalúa la posibilidad de entablar nuevamente el diálogo con la vecina nación, Corea del Sur, con quien rompieron relaciones diplomáticas desde hace más de un año.
En un comunicado oficial, citado por la agencia de noticias del Gobierno de Pyongyang, la mano derecha de Kim Jong Un precisó que una posible cumbre intercoreana podría tener lugar “próximamente”, dado que ambos Estados están dispuestos a dialogar y mejorar las relaciones diplomáticas.
Sin embargo, adelantó que esta reunión de acercamiento entre las partes sólo podría celebrarse cuando ambos países se comprometan a garantizar “la imparcialidad y el respeto mutuo” a las políticas de Estado.
En otra declaración separada, Kim Yo Jong instó al Gobierno de Corea del Sur a “apaciguar sus políticas hostiles” contra Corea del Norte y destacó que una posible declaración para poner fin a la guerra entre ambas coreas “podría darse en una fecha temprana”, pero a través de discusiones constructivas.
No deberíamos perder el tiempo criticándonos ni mantener una guerra abierta en palabras.
Las dos Coreas continúan técnicamente en guerra desde el año 1953, dado que al finalizar el conflicto armado se firmó un armisticio entre ambos países para garantizar la tregua, pero nunca se selló el tratado de paz definitivo. Esto ha provocado que las relaciones entre Seúl y Pyongyang se mantengan bajo un clima de tensión desde hace más de medio siglo.
Políticas de doble rasero de Corea del Sur
En la víspera, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, invitó a su homólogo de Norcorea a “sentarse a dialogar de forma diplomática y certera”, al tiempo que pidió declarar el fin del estado de guerra oficialmente.
No obstante, tras finalizar las declaraciones, el jefe de Estado surcoreano participó en una práctica de tecnología militar avanzada y en el lanzamiento de dos misiles balísticos subacuáticos de largo alcance. Un acto que fue criticado por Corea del Norte y catalogado como “una provocación de guerra”.