"Si no tiene Dios, no llega": así es el terrorífico viaje de los migrantes por la selva del Darién

El tapón del Darién, que divide a Colombia y Panamá, es una de las rutas más peligrosas del mundo.
martes, 28 de septiembre de 2021 · 15:00

Las imágenes que en las últimas semanas llegaron desde la frontera de México y Estados Unidos pusieron en el foco la dramática migración haitiana que comienza en el sur de Sudamérica y que tiene su capítulo más peligroso en la selva del Darién.

Unas 19 mil personas aguardan actualmente en un improvisado campamento en Necoclí (Colombia) a la espera de obtener uno de los 500 boletos que se otorgan al día para embarcarse hacia el Darién y proseguir su camino hacia el norte del continente. Pero cruzar este paso, dicen los que lo sobrevivieron, es una pesadilla.

La fortuna que tienen que pagar para conseguir insumos (desde agua hasta gas y comida) mientras esperan en el campamento se suma a los aproximadamente 1.500 dólares que cuesta hacer la ruta por el Darién: se contrata a guías (que ofrecen acompañamiento y protección del lado colombiano) y, muchas veces, a personas que ayudan a llevar la carga. En la selva todo se paga.

También grupos ilegales cobran un “pase” de 100 dólares a los migrantes.

Pero nada de esto garantiza salir ileso. "Confíe en Dios porque si no tiene Dios, no llega ahí", alerta un migrante haitiano a la agencia AFP. Es que los riesgos de la selva están por doquier: hay que atravesar ríos caudalosos, caminos con piedras puntiagudas, pendientes lodosas y rutas al borde de acantilados, muchas veces con bebés o con niños encima.

Las fuerzas armadas o de seguridad de Colombia y de Panamá están totalmente ausentes en este trayecto, donde la mayoría de los migrantes son haitianos, pero también hay venezolanos y cubanos.

Los más ancianos utilizan bastones que se entierran en el barro, pero es dificultoso para todos. A lo largo de los cuatro días que lleva atravesar el tapón del Darién, las personas se desprenden de sus pertenencias.

A la frontera con Panamá se llega después de caminar dos días en subida hasta la cima de una montaña. Pero si hasta ahí debieron enfrentarse a todos los peligros posibles, de allí en más todo es aún peor. Los guías los dejan a su suerte y ya del otro lado es “tierra de nadie”.

Del lado panameño, Médicos sin Fronteras tiene una clínica donde atiende a las mujeres que fueron abusadas en el camino; a principios de septiembre, llegaron a atender ocho casos diarios.

Las personas que sobreviven la travesía guardan los peores recuerdos del Darién por haber visto a gente morir y a otros tantos desaparecer. Pero todavía tienen un camino largo para lograr su objetivo: conseguir una vida mejor para sus familias.

Fuente: (Médicos Sin Fronteras).

Actualmente, ven a Estados Unidos como el lugar donde pueden conseguirlo, pero otros no dudarían en quedarse allí donde pudieran llevar una buena vida. “Quiero ir al país que nos dé oportunidades porque uno solo quiere vivir mejor. Si me das oportunidades aquí, yo me quedo aquí. Si me das documentos, mis hijos pueden ir a la escuela, yo me quedo aquí", contó Jean Robert a Efe en Necoclí, antes de enfrentar el peor trayecto de su viaje.

En lo que va de 2021, 70 mil migrantes atravesaron el tapón de Darién, aunque, mejor dicho, esa cifra representa los que lograron completar el viaje, porque se desconoce cuántos ingresaron.

 

Una migración de años

La mayoría de los haitianos que llegaron el último tiempo a tierra estadounidense comenzaron su migración hace diez años, después del catastrófico terremoto que dejó a Puerto Príncipe en ruinas en 2010.

En ese entonces, se trasladaron, mayoritariamente, a Brasil y luego a Chile, siempre detrás de mejores oportunidades para sí mismos y para sus familias. Pero, últimamente, cada vez son más los que deciden seguir camino al norte, a Estados Unidos, para perseguir el “sueño americano”. Lamentablemente, cientos ya fueron deportados nuevamente a Haití, el país más pobre de América.