Ecuador

Una mosca diminuta amenaza a 21 especies en Galápagos: algunas están al borde de la extinción

Ahora los científicos buscan posibles soluciones para proteger a las aves.
sábado, 22 de enero de 2022 · 22:30

Científicos de una decena de países intentan dar con la solución para un problema tan grande como extraño: la amenaza de 21 especies de aves endémicas de las islas Galápagos por parte de la mosca Philornis Downsi, también conocida como “mosca vampira aviar”.

Solamente las aves que están en las islas más aleadas del archipiélago (como Darwin, Wolf, Española y Genovesa) se salvan de la amenaza del insecto; en el resto de las islas Galápagos el peligro es palpable.

La mosca Philornis Downsi.

"Todo el resto de las aves están siendo atacadas y parasitadas por esta mosca", señaló a la agencia Efe Paola Lahuatte, investigadora de la Fundación Charles Darwin, que estudia las islas Galápagos.

El proceso funciona de la siguiente manera: la mosca coloca huevos en los nidos de los pájaros y cuando las larvas salen se alimentan de la sangre de los pichones. Incluso, muchas veces, casi los matan.

Un nido de pinzón.

Esto dura unos ocho días, hasta que la larva se encapsula para convertirse en una mosca adulta. Una vez que eso ocurre, no representa una amenaza, puesto que comen frutas, flores y néctar, pero para ese entonces el daño ya está hecho.

"El impacto que se ha visto durante estos últimos años es tan grande que hay especies que están a punto de extinguirse, como el pinzón de manglar", explicó Lahuatte.

Un ejemplar de pinzón de manglar.

 

Posibles soluciones

Esta mosca no es nativa de las islas Galápagos, sino que se cree que llegó al conjunto de islas ecuatorianas alrededor de la década de 1960, de la mano de barbos y aviones, cuando no había controles de bioseguridad antes de llegar a la isla, como sí existen ahora.

Así, sin depredadores naturales, la mosca Philornis Downsi pudo colonizar sencillamente las islas. Por eso, una veintena de instituciones se encuentran estudiando la especie y analizando cómo es que se puede revertir la situación.

Las islas Galápagos se encuentran a 972 kilómetros de la costa de Ecuador.

Por ahora, las autoridades ecuatorianas optaron por usar aspersores con un insecticida que tiene muy baja toxicidad o dejar disponibles algodones con esta sustancia para que las aves las utilicen en sus nidos, pero no es suficiente.

Una de las alternativas que se analiza es utilizar una microavispa nativa de Sudamérica, que es controlador natural de esta especie. Sin embargo, todavía debe estudiarse profundamente para asegurarse de que no representan un peligro para los ecosistemas de las islas Galápagos.