Australia

Por primera vez, registraron ataques de orcas a ballenas azules, el animal más grande del planeta

El nuevo hallazgo puede servir para ver cómo era el océano hace siglos.
jueves, 27 de enero de 2022 · 20:00

Científicos de Australia lograron registrar, por primera vez en la historia de manera oficial, tres ataques altamente coordinados de orcas a ballenas azules. Estos tuvieron lugar frente a las costas del país oceánico; dos ocurrieron con pocas semanas de diferencia en 2019 y el otro, en 2021.

Notablemente, el primer ataque de las orcas, en marzo de 2019, tuvo como víctima a un macho adulto que medía entre 18 y 22 metros de largo. La caza fue coordinada por al menos 12 de estos cetáceos y liderada por ocho hembras adultas y un macho, mientras otras más jóvenes observaban.

Un grupo de orcas persiguen y atacan a una cría de ballena azul.

El ataque duró una hora y, para dar la estocada final, tres hembras de orca se alinearon una al lado de la otra y embistieron con fuerza el costado de la ballena azul para hundirla, mientras otras fueron por la cabeza. Finalmente, una, mientras la ballena seguía viva, se metió en la boca y le comió la lengua.

Unas 50 orcas más se acercaron para alimentarse de la ballena, como así también lo hicieron varias decenas de aves.

La dorsal de una de las ballenas con claros indicios de mordeduras.

Este modus operandi de los brutales mamíferos acuáticos se repitió en los otros dos ataques, aunque en los siguientes las víctimas fueron crías de aquella especie.

 

Fotografía al pasado

Uno de los autores del estudio, Robert Pitman, indicó que la caza de las ballenas azules por parte de las orcas podría tener que ver con que se está recuperando la población de las primeras después de siglos de depredación por parte de los balleneros.

Se estima que antes de la caza de ballenas, había 300 mil ballenas azules en el océano, mientras que ahora hay entre 15 y 20 mil, pero en aumento.

Quizás estamos empezando a ver ahora cómo se veía el océano antes de que le quitáramos la mayor parte de las grandes ballenas. A medida que estas poblaciones se continúan recuperando, tenemos una mejor oportunidad para ver cómo los ecosistemas marinos normales funcionan”, explicó.