Turkmenistán

El Gobierno de Turkmenistán quiere cerrar “las puertas del infierno”, pero no será tarea fácil

Este punto en el desierto de Turkmenistán se transformó en un punto turístico.
sábado, 8 de enero de 2022 · 20:00

El presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdimuhamedow, ordenó que científicos se ocupen de diseñar una operación para extinguir las llamas en el pozo de Darvaza, también conocido como “las puertas del infierno”.

Lo que sucede es que, pese a que el lugar se transformó en uno de los principales puntos turísticos de Turkmenistán, las autoridades del país centroasiático están preocupadas por las consecuencias que continuamente trae para la salud de la población local y para el medioambiente.

La puerta del infierno se sitúa en el desierto de Karakum.

Más aún, este pozo que contiene una enorme cantidad de gas, no puede ser aprovechado por las autoridades de Turkmenistán para comercializarlo ni para mejorar las condiciones de vida de la población del país de unos 6 millones de habitantes.

Por eso, ahora, el mandatario se propuso apagarlo de una vez por todas, pero no será nada sencillo. Tanto es así que Berdimuhamedow ya adelantó que, de ser necesario, llamarán a expertos internacionales.

Ubicación del pozo de Darvaza.

 

El pozo de Darvaza

El pozo de Darvaza es un gigantesco cráter de 60 metros de diámetro y 30 metros de profundidad que, según la historia más difundida, se abrió en 1971 durante una exploración de geólogos soviéticos.

Los expertos habrían encontrado una cueva subterránea llena de gas natural mientras llevaban adelante obras de prospección. Sin embargo, cuando comenzaron a perforar, el suelo cedió. Hubo un derrumbe y se abrió el gran agujero.

Fuente: (National Geographic)

Con el objetivo de intentar evitar que el gas intoxicase a los habitantes y a los animales de la cercana aldea de Darvaza, los geólogos resolvieron prender fuego el cráter, puesto que estimaban que las llamas se apagarían solas con el correr del tiempo.

Sin embargo, el fuego continúa ardiendo en Turkmenistán 50 años después desde que se inició y todavía no da ningún indicio de querer parar.