Alarma en el Reino Unido por la apertura de una nueva mina de carbón

Por primera vez en más de tres décadas, y a pesar de las críticas de diversas organizaciones medioambientales, el gobierno del Reino Unido creará una mina en Cumbria, que podría generar más de 400 mil toneladas de gases invernadero cada 365 días. Este proyecto costará 165 millones de dólares y buscará producir 500 nuevos trabajos y 2,8 millones de toneladas de carbón por año.

La mina, que fue aprobada el viernes por Michael Gove, un político de la secretaría de Estado del Reino Unido, elevaría de gran manera las emisiones anuales de las islas en un equivalente a 200.000 autos en movimiento. Además, casi todo el carbón generado en estas minas sería para exportación al resto de Europa, porque, desde la amplia mayoría de la industria metalúrgica, afirmaron que no usarán este combustible debido al alto contenido en sulfuro que tiene.

Una de las razones que dieron desde el gobierno para la creación de este proyecto es que entraría dentro de la legislación británica del medioambiente, que busca que las islas tengan emisión cero para el 2050, debido a que cerraría en el 2049. En un informe señalaron que la mina de carbón “tendría un efecto neutral en el cambio climático”, porque el uso de este combustible sería aproximadamente el mismo con o sin esta excavación.

El proyecto había sido propuesto en el 2020, cuando fue aprobado por el consejo local del condado. A pesar de esto, había sido suspendido en el 2021, de cara a la conferencia climática de la ONU COP 26 en Glasgow, pero ahora parece ser que la mina de carbón del norte inglés seguirá su rumbo.

La respuesta de la gente

Gran parte de las voces alrededor de este proyecto se mostraron desencantados con que haya sido nuevamente aprobado, señalando que era “absolutamente indefendible” y que podría dañar de manera irreversible el liderazgo del Reino Unido en lo referido al cambio climático.

Zarah Sultana, miembro del parlamento por el partido laborista, señaló que "los tories nuevamente demuestran que se preocupan más por la industria de combustibles fósiles antes que por el planeta”, mientras que Caroline Lucas, del partido Verde, denunció esto y lo llamó un “crimen climático contra la humanidad”.