Reino Unido
Microplásticos en todos lados: un proyecto británico los halló en aguas subterráneas profundas
Los efectos de estas partículas sobre la salud de las personas todavía se desconocen.Un grupo de personas que nadan al aire libre en el Reino Unido se propuso obtener muestras de las aguas, donde usualmente se bañan, para conocer qué tan contaminadas de microplásticos están. Los resultados sorprendieron a más de uno.
La mayor cantidad de microplásticos se encontró en el río Nene, en Northamptonshire. Allí, la muestra tomada por la espeleóloga y nadadora aficionada Rebecca Price dio como resultado que había 155 partículas de plástico por litro.
“El Nene tuvo muy malos informes sobre la calidad de su agua en los últimos años. Estos resultados se enfocan en los microplásticos y subrayan otro contaminante silencioso que ahoga nuestro hermoso río”, afirmó Price a The Guardian. No obstante, este no fue el tanteo más insólito.
Otra de las muestras fue tomada a casi 120 metros de profundidad, en una cueva del condado de Derbyshire. Incluso, allí se encontraron micropartículas de plástico.
“La muestra de la cueva fue tomada de una cascada subterránea que se filtra a través de una roca natura. Me impacta saber que nano y microfibras fueron halladas tan profundamente”, aseveró la espeleóloga.
Absolutamente todas las muestras que tomaron los más de 100 nadadores dieron positivas en microplásticos. “Esta campaña da al gobierno británico una gran y única base de datos como evidencia de que se necesitan acciones urgentes”, afirmó Laura Owen Sanderson, fundadora de la ONG We Swim Wild.
Qué son los microplásticos
Son pequeñas partículas de plástico que no pueden degradarse ni desintegrarse. A grandes rasgos, existen dos tipos. Los microplásticos primarios son aquellos creados específicamente por las industrias como, por ejemplo, las partículas azules de algunas pastas de dientes o exfoliantes.
Los microplásticos secundarios se producen a partir del deterioro de plásticos de mayor dimensión. Debido a su minúsculo tamaño, estas partículas pasan inadvertidas en las plantas de tratamiento de agua y terminan en ríos y océanos, y son ingeridas por animales y personas. Hasta ahora, se desconoce el impacto en la salud humana.