Nicaragua

“Volcano boarding”: la peculiar actividad de Nicaragua que impulsa el turismo extranjero

La actividad turística vuelve a renacer en el país desde que comenzó la pandemia.
sábado, 26 de marzo de 2022 · 22:30

En Nicaragua puede realizarse un deporte extremo único en el mundo, el “volcano boarding” o en español, deslizarse con una tabla por la ladera de un volcán activo. La adrenalina llama cada día a turistas extranjeros que llevan un alivio al golpeado sector turístico.

El “volcano boarding”, una variante del “sandboarding”, se realiza en Cerro Negro, un volcán de 728 metros de altura, ubicado en el oeste del país centroamericano, cuyas erupciones cubrieron sus laderas con una capa de ceniza oscura. Aunque existen otros volcanes más altos en Nicaragua, este es especial para la actividad.

Desde que se tiene registro, el volcán entró en erupción 23 veces y los lugareños afirman que “ya le toca” de nuevo.

La altura de este volcán en Nicaragua permite que los turistas (en su gran mayoría extranjeros) suban hasta la cumbre en media hora. Una vez allí, experimentarán la adrenalina del descenso de cuarenta segundos.

"Es la mejor experiencia humana que podés sentir; estás en contacto con la tierra, sentís el calor de la tierra. Al principio es un poquito cansador, pero cuando llegas arriba y luego bajás es perfecto, querés ir de nuevo", contó la surfista portuguesa Carina Mora a la agencia AFP.

La última erupción significativa del volcán fue en 1999.

La alemana Anna Muller, concuerda: "Estás en un volcán activo, podés caminar en la cima. Es muy interesante. Es muy rápido el deslizamiento en el volcán.  Es muy peligroso, pero también da mucha adrenalina".

 

La crisis y la pandemia

El sector de turismo del país liderado por Daniel Ortega venía golpeado en varios frentes. A la crisis política y social que se arrastra, al menos, desde abril de 2018, se sumó la pandemia de coronavirus, aunque Nicaragua nunca impuso una cuarentena.

El sandboarding en Cerro Negro se remonta al año 2006.

Por eso, la reapertura de los vuelos desde los países de Europa significó un alivio para las 12 comunidades ubicadas bajo el volcán, donde habitan unas 500 mil personas que viven directa o indirectamente de llevar a los intrépidos viajeros internacionales hasta el volcán y otras actividades relacionadas al turismo.

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