Semana Santa en el mundo: la curiosa celebración en Sulmona, Italia

El mundo cristiano celebra actualmente la Semana Santa, pero los festejos y ceremonias no son iguales en todo el planeta. Hay algunos lugares donde se usa la fecha como excusa para otros rituales, mientras que en otros se hacen conmemoraciones alegóricas.

Un ejemplo de esto último ocurre en Sulmona, Italia. En esta ciudad medieval la celebración de Semana Santa toma la forma de una recreación narrativa del encuentro entre la Virgen María y Cristo resucitado. Esta festividad es un ícono de la localidad.

El Domingo de Pascua, día cúlmine en Semana Santa, una figura de la Virgen sale de la iglesia San Filippo Neri —vestida de negro por el luto y transportando un pañuelo blanco en la mano— sostenida por sobre las cabezas de los presentes por algunos miembros de la cofradía Santa María de Loreto.

La figura es acompañada por otras de los apóstoles mientras avanza hacia la plaza. En un momento, los dos apóstoles se detienen. A las 12 en punto se escucha un ruido fuerte y un silbato y la Virgen “ve” a su hijo a lo lejos.

En un abrir y cerrar de ojos, y con un secreto sistema de hilos, la Virgen se despoja del atuendo de luto y del pañuelo, y queda vestida con un opulento vestido verde y una rosa roja en una mano. Al mismo tiempo, 12 palomas vuelan por los aires.

Es entonces que quienes la transportan comienzan a correr a toda velocidad para llevar a la Virgen al encuentro con la figura de Jesús colocada en la Piazza Garibaldi. En ese momento, los presentes se abrazan, se escuchan vítores y algunos hasta derraman una lágrima.

Fuente: (Canal Cristovision Oficial).

Superstición

Hay un factor más de esta peculiar celebración de Semana Santa en Sulmona. A lo largo de las décadas se creó una superstición alrededor de la conmemoración cristiana: si todo sale bien, es indicio de que se tratará de un buen año.

Sin embargo, si hay algún problema, por ejemplo, con la suelta de palomas, con el traslado de la Virgen, con la carrera o con el manto y el pañuelo, se tratará de un mal augurio. En 1914, por ejemplo, la estatua de la Virgen se dañó, algo que algunos tomaron como presagio de la guerra que después se desencadenó.