Microplásticos

Los microplásticos en la atmósfera se trasladan mucho más rápido que en el agua: nuevo estudio

Las micropartículas de plástico ya están en todos lados, incluso en el cuerpo humano.
miércoles, 11 de mayo de 2022 · 03:00

Ya no es ninguna novedad que los microplásticos y los nanoplásticos están en todas partes y en todo el mundo. Desde el cuerpo humano hasta las playas, los océanos y los hielos de los polos. Sin embargo, hay un medio por el que se propagan con mayor facilidad: la atmósfera.

Así lo sostiene el último trabajo sobre microplásticos publicado por científicos alemanes. En sus conclusiones, señalan que el aire es el medio más propicio para que las micropartículas de plástico se trasladen con mayor rapidez y a más distancia que, por ejemplo, en el agua.

Un microplástico tiene un tamaño de menos de 5 milímetros.

"El aire es un medio mucho más dinámico que el agua. Como resultado, los nano y microplásticos pueden penetrar mucho más rápidamente en las regiones más remotas de nuestro planeta, que aún están en gran parte intactas", subrayó Melanie Bergmann, coautora del estudio e investigadora del Instituto Alfred Wegener.

Una vez que llegan a estas áreas, que muchas veces son más sensibles a las consecuencias del cambio climático, los microplásticos pueden hacer estragos. A modo ilustrativo, estos pequeños trozos de plástico más oscuros pueden depositarse sobre la nieve y el hielo, con lo que reducen su capacidad de reflejar la luz del sol. En última instancia, entonces, favorecen el deshielo.

Los nanoplásticos miden entre 1 y 1000 nanómetros.

Estas partículas llegan a la atmósfera por la actividad humana. Por ejemplo, por el uso de neumáticos y frenos en los automóviles. También, se elevan a partir del medio marino, aunque estos procesos todavía no se conocen del todo, por lo que los investigadores llaman a proseguir y profundizar los estudios.

 

Los microplásticos y la calidad del aire

En abril, investigadores británicos anunciaron que habían encontrado microplásticos en los pulmones de 11 de las 13 personas vivas de las que habían extraído muestras. En su mayoría, se trataba de partículas de polipropileno y PET.

Los microplásticos también se hallaron en el torrente sanguíneo.

Con estos antecedentes en mente, Bergmann señaló: "Esta es una razón más para integrar el plástico en los planes de control de calidad del aire". Asimismo, según la científica, el estudio muestra la necesidad de acordar un tratado internacional para reducir la producción y contaminación con nuevos plásticos en todo el planeta.