Eclipse

Luna de sangre: a qué hora se verá el eclipse total

El espectáculo nocturno podrá verse en toda América del Sur.
domingo, 15 de mayo de 2022 · 03:00

Esta noche, el espectáculo estará en el cielo. Sin necesidad de usar telescopio ni binoculares, gran parte del mundo podrá presenciar el eclipse total en el que la Luna adquirirá un hermoso tono rojizo. Esta característica hizo que el fenómeno fuese bautizado “Luna de sangre”.

El eclipse total del satélite natural de la Tierra va ser completamente visible en América del Sur y Central, gran parte de América del Norte, el sur y oeste de Europa, y también en zonas de Asia, África y el océano Pacífico. En Argentina, el espectáculo de la Luna comenzará a las 22.32, con la fase prenumbral, en la que se verá un pequeño cambio en su brillo.

Las distintas fases de un eclipse.

 

El eclipse en su máximo esplendor

El tono rojizo de la Luna comenzará a notarse a partir de las 23.28, cuando comience la fase del eclipse parcial. A partir de entonces, la superficie lunar se irá oscureciendo lentamente durante una hora. El eclipse total (y la parte más interesante) tendrá lugar a las 00.29 horas del lunes.

Sin embargo, el momento cúlmine del espectáculo será a la 1.11 horas, cuando la Luna se ubique en el centro de la sombra que proyecta la Tierra. Finalmente, a partir de la hora 1.54 se dará inicio al proceso inverso, por el que la Luna saldrá de la umbra terrestre. Minuto a minuto, la Luna llena volverá a tener su habitual brillo blanco.

La Luna, parcialmente a oscuras y parcialmente iluminada.

Un eclipse lunar se forma cuando la Tierra se interpone entre su satélite natural y el Sol, por lo que nuestro planeta proyecta una sombra sobre la Luna. Aunque los tres están perfectamente alineados, algunos rayos logran alcanzar indirectamente la superficie lunar.

Como la atmósfera de la Tierra filtra la mayor parte de la luz azul, la Luna se baña de una tonalidad rojiza y se ve la “Luna de sangre”. El espectáculo de esta noche es gratis, solo queda mirar para arriba y cruzar los dedos para que el cielo esté despejado.