Niños
Los niños y adolescentes pasan cuatro horas frente a las pantallas: cuáles son los pros y contras
Así lo confirmó un estudio llevado adelante en España, Estados Unidos y el Reino Unido.Los niños y adolescentes vieron sus vidas alteradas por la pandemia de coronavirus, sobre todo, en su aprendizaje: muchos pasaron a tener clases virtuales. Aunque la presencialidad ya retornó en la mayoría de los casos y con eso el tiempo frente a las pantallas cayó, todavía pasan muchas horas delante de la luz azul.
Así lo reveló el estudio sobre el comportamiento de los menores de edad, elaborado por la plataforma Qustodio que se titula “Del cambio a la adaptación: viviendo y aprendiendo en un mundo digital". Para el análisis, se examinaron las respuestas de 400 mil familias de España, Estados Unidos y Reino Unido con niños y adolescentes de entre 4 y 18 años.
Los niños y adolescentes pasan un promedio de cuatro horas por día delante de las pantallas, fuera del horario escolar. En ese tiempo, las plataformas de comunicación que más utilizan son WhatsApp, Zoom y Discord, mientras que las redes sociales favoritas son TikTok, Instagram, Snapchat, Twitter y Pinterest.
Por otro lado, las plataformas de video más utilizadas por este grupo etario en estos países son Youtube, Prime Video, Netflix, Disney +, Movistar + y Twitch, a pesar de que esta última tuvo una considerable caída en 2021 respecto de su auge en 2020.
Ventajas y desventajas
Todavía es demasiado pronto para saber cuáles serán las consecuencias de estos patrones de comportamiento en el largo plazo, según indicó Eduardo Cruz, responsable de Qustodio. Sin embargo, las propias familias adelantaron algunas ventajas y desventajas de estos hábitos.
Entre los rasgos positivos, se encuentran la mejora en las capacidades tecnológicas de los niños y adolescentes, así como la mejora en el aprendizaje gracias a muchas aplicaciones y dispositivos. Además, ven que tienen más autonomía para investigar y que las herramientas mejoran su socialización.
Entre los aspectos negativos, el 75% de las familias indicó que sus hijos redujeron su actividad física, que el abuso de los dispositivos altera sus rutinas de sueño y que se ven más “aislados”.