Salud mental

Los beneficios de la naturaleza para la salud mental tienen un “masivo” sesgo occidental

Un estudio llama a estudiar otras poblaciones para hacer generalizaciones más universales.
sábado, 7 de mayo de 2022 · 20:00

Un grupo de investigadores de la Universidad de Vermont (Estados Unidos) revisó decenas de estudios publicados en la última década sobre los beneficios que pasar tiempo en la naturaleza tiene para la salud mental y encontró un sesgo común en todos ellos: todos se refieren a poblaciones blancas, ricas y de Occidente.

De las 174 investigaciones que vinculan el estar al aire libre con el alivio de los síntomas de la depresión y la ansiedad, más del 95% fueron realizadas en naciones ricas de Europa, Asia y en Estados Unidos. Solo el 4% de estos estudios en salud mental tuvo lugar en estados de ingresos medios y no hubo ninguno realizada en países de ingresos bajos.

Son múltiples los estudios que hablan de los beneficios de caminar por parques o bosques.

“No hay nada necesariamente malo con los hallazgos de estas investigaciones, son importantes, pero tenemos razones para creer que no aplican a toda la población”, señaló Rachelle Gould, investigadora de la Universidad de Vermont. “Tenemos que saber cuáles de estos efectos (en la salud mental) son universales y cuáles culturalmente específicos”, agregó.

Los investigadores sostienen, por ejemplo, que las poblaciones indígenas tienen otras formas de relacionarse con la naturaleza que las sociedades occidentales y que, entonces, la influencia de esto sobre su salud mental puede ser también diferente. Sin embargo, hasta ahora se desconoce por este sesgo Occidental en las investigaciones.

La preocupación por la salud mental aumentó con la pandemia de coronavirus.

 

El sesgo Weird

La revisión de los estudios sobre salud mental se cimienta sobre el concepto de “sesgo WEIRD”, acuñado por el biólogo evolutivo Joseph Heinrich. Este término hace referencia a que la mayoría de los experimentos se enfocan en personas que viven en las zonas occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas del mundo.

Las iniciales de estas palabras en inglés forman el acrónimo “WEIRD” y su puesta en evidencia es importante, porque este sesgo impide que los científicos puedan trazar conclusiones universales sobre el comportamiento humano.

El concepto de WEIRD se encuentra en el libro “The Weirdest people in the world”.

Aunque Heinrich no estuvo involucrado en el estudio sobre bienestar mental, opinó: “Esta investigación demuestra de manera impresionante un sesgo masivo de la muestra de poblaciones mundiales hacia aquellos que son WEIRD”. Por ello, llama a la comunidad científica a ampliar su visión para conocer de manera más generalizada a la humanidad.