Brasil
Jair Bolsonaro será el primero que deje la Presidencia de Brasil con un salario mínimo devaluado
No se veía algo así en el país vecino desde que se implementó el Plan Real.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, será el primer jefe de Estado, desde que se introdujo el real como moneda en 1994, que termine su mandato y deje un salario mínimo con un poder de compra menor que cuando llegó a la Presidencia. Así lo calculó la empresa Tullett Prebon Brasil.
La devaluación del salario mínimo en el país vecino será del 1,7% al finalizar su mandato en diciembre, según las estimaciones de la firma. Eso, siempre y cuando la inflación en Brasil no se acelere más de lo previsto. De esta manera, el piso salarial entre diciembre de 2018 (Bolsonaro asumió el 1 de enero de 2019) y diciembre de 2022 caerá de 1.213,84 reales a 1.193,37 reales, una vez descontada la inflación.
De acuerdo con O Globo, son dos los factores que explican la pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo en Brasil. Una de ellas es, como se adelantó, la aceleración de la inflación; la otra, el ajuste fiscal por el peso del salario mínimo en la indexación del Presupuesto.
Los índices de precios suben de un año a otro y los reajustes que promueve el gobierno no llegan a ser suficientes para preservar el poder de compra del salario mínimo. Tanto es así que, conforme a lo que informó O Globo, hace tres años no hay un reajuste del piso por encima de la inflación.
Esta situación afecta el poder de compra de 33,8 millones de ciudadanos del gigante sudamericano que cobran hasta un salario mínimo. Esta cifra representa al 35,3% de los ocupados de Brasil.
De cara a las elecciones
Jair Bolsonaro buscará su reelección el próximo 2 de octubre, cuando tenga lugar la primera vuelta de los comicios presidenciales de Brasil. En una sociedad altamente polarizada, los sondeos indican que la disputa se centrará entre el mandatario ultraderechista y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La última encuesta, publicada el viernes, indicó que el líder petista tendría una intención de voto del 44%, muy por encima del 31% que tendría Bolsonaro. Sin embargo, otras consultas los ubican más cerca. En este contexto, donde nada está dicho, Lula pidió prudencia y no bajar los brazos durante la campaña que lanzó oficialmente el sábado.
