Nueva York

Nueva York aprobó una ley que garantiza el derecho a reparar los aparatos electrónicos

Es el primer estado de Estados Unidos que pasa una legislación así.
domingo, 5 de junio de 2022 · 03:00

Los legisladores del estado de Nueva York, Estados Unidos, dieron luz verde a la norma llamada “Ley de Reparación Justa”, que garantiza a sus ciudadanos el derecho a poder reparar sus aparatos electrónicos y obliga a las empresas a cooperar.

Esta ley exige algo muy concreto a todos los fabricantes que comercialicen “productos electrónicos digitales” dentro de los límites de este estado al noreste del país norteamericano: poner a disposición de los consumidores de Nueva York (y también de talleres independientes) piezas, herramientas e instrucciones para poder arreglar los aparatos.

La nueva ley permitiría reducir los residuos electrónicos tóxicos.

La Asamblea Estatal de Nueva York, ubicada en la ciudad de Albany, incluyó en la legislación a los teléfonos celulares y las computadoras, por ejemplo, pero los electrodomésticos y los equipos agrícolas y médicos quedaron excluidos. Por otro lado, su implementación no será inmediata. Primero, la norma debe ser rubricada por la gobernadora Kathy Hochul y comenzará a regir recién un año después.

 

Acabar con el monopolio

Carl Heastie, el presidente de la Asamblea del cuarto estado más poblado de Estados Unidos, explicó que “terminar con el monopolio de las reparaciones ayudará a las pequeñas empresas de reparación y ayudará a los consumidores a ahorrar dinero". No obstante, no solamente los legisladores de Nueva York celebraron la noticia, sino también los negocios de reparación del sector.

Anualmente, el estado de Nueva York produce 650 mil toneladas de residuos electrónicos tóxicos.

La compañía iFixit, por ejemplo, indicó en un comunicado: "La aprobación de esta ley significa que las reparaciones deberían ser menos costosas y más completas: las personas que quieren arreglar sus propias cosas pueden hacerlo”. En este sentido, agregó: "Donde antes los fabricantes podían presionar a los consumidores para que recurrieran a los talleres autorizados por el fabricante, ahora tendrán que competir”.