Así son los terroríficos viajes en los camiones que llevan a los migrantes rumbo a Estados Unidos

La trágica muerte de los 53 migrantes encerrados en el container de un camión en Texas, Estados Unidos, conmocionó al continente, pero no fue ni de cerca el primero, y probablemente no sea el último, de estos incidentes. Alrededor del tráfico de personas hay una extensa red criminal, con policías y funcionarios corruptos, y, en medio, personas desesperadas por un futuro mejor.

Todos los inmigrantes que viajan hacia el país norteamericano conocen los riesgos de subirse a uno de estos peligrosos transportes, pero, a veces, no les dejan otra opción. "Uno cuando hace el trato lo primero que les pide es que no lo vayan a subir al contenedor, pero ya en el camino hacen lo que quieren", contó José Mario Licona, de 48 años, en un hospedaje de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.

Fueron los “coyotes” -traficantes de personas- los que no le dejaron a este hondureño de 48 años y a su familia ninguna alternativa. Sus parientes ya habían pagado los 13 mil pesos que pedían para llevarlos desde Ciudad de México hasta la frontera con Estados Unidos. Así es que terminaron todos a bordo de uno de estos camiones potencialmente mortales.

Estos viajes denigrantes -y costosos- pueden durar hasta dos días, según los testimonios de migrantes que lograron sobrevivir. Muchas veces, las personas van totalmente amontonadas en estos remolques que pueden contener hasta a 400 personas.

Fuente: (Noticias Telemundo)

Por la falta de ventilación y el calor extremo, algunas personas se desmayan o tienen que quitarse la ropa. Otras intentan hacer huecos en las cabinas para que entre aire. Los migrantes no reciben nada de comida en el trayecto y tratan de no tomar agua para evitar orinar.

También puede pasar lo contrario, que se trate de contenedores refrigerados y, entonces, es como viajar adentro de un freezer. Muchas veces, los coyotes directamente dejan abandonados a los camiones con las personas dentro.

El viaje

Licona, su esposa y sus hijos de 8, 6 y 2 años pasaron 18 horas en el remolque de un camión refrigerado. “Estaba muy frío, ese sí traía aire helado. A mis niños les puse dos pantalones, tres camisas y una colcha para arroparlos. Durmieron, no sintieron el camino, traíamos suero para darles, pero al final no los quise despertar. Gracias a Dios, aquí estamos", contó.

Nadie paró al camión durante todo el trayecto de más de mil kilómetros. "No fue revisado nunca por ninguna autoridad", indicó el hondureño. Ellos tuvieron “suerte”. Llegaron con vida a Texas. La familia se entregó a la guardia fronteriza del país dirigido por Joe Biden con el objetivo de obtener refugio.

Ahora esperan del lado mexicano que les aprueben una “excepción humanitaria” para ser admitidos en Estados Unidos porque a Honduras no pueden volver. Licona sufrió un asalto en el que le dispararon en el brazo, cuya herida todavía le duele. En medio de la violencia y la pobreza que arrastra su país -y gran parte de Centroamérica-, el 20 de mayo decidió partir con su familia rumbo al norte, pese a los peligros que habría adelante.

Según Dolores París, especialista en migración del Colegio de la Frontera Norte, México, estos peligrosos viajes son manejados por redes cada vez más complejas. “No viajan con un solo coyote, estamos hablando de empresas criminales", indicó y agregó que le sorprende "lo poco que se aborda el tema de la corrupción", es decir, del vínculo entre las autoridades y los traficantes.