Ningún otro presidente que buscó la reelección en Brasil tuvo tan poca aprobación como Bolsonaro

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro buscará un segundo mandato en las elecciones del 2 de octubre. No obstante, la mayoría del electorado no aprueba su gestión, de acuerdo a la última encuesta realizada por Datafolha publicada hoy.

Solo el 28% de los ciudadanos y ciudadanas de Brasil afirman que la gestión de Bolsonaro es “buena” o “muy buena”, mientras que el 26% opina que es “regular” y el 45%, que es “mala” o “muy mala”. Ningún otro candidato a reelección en el país vecino ha tenido una aprobación tan baja desde que un segundo mandato comenzó a ser permitido, en 1997.

Fernando Henrique Cardoso, el primero que pudo ser reelecto en Brasil, tenía una aprobación (buena o muy buena) del 38% y una desaprobación del 21%, y ganó en primera vuelta. Por su parte, Lula da Silva contaba con el 38% de aprobación y el 19% de desaprobación y también ganó en primera vuelta, mientras que Dilma Rousseff, que tenía el 32% de aprobación y el 29% de desaprobación, venció en segunda vuelta, en unas reñidas elecciones.

Por otro lado, como candidato a presidente, Jair Bolsonaro tiene un rechazo del 53% de los votantes. No obstante, en algunos sectores se ve que la intención de voto al mandatario ultraderechista aumenta. Entre las personas que ganan hasta dos salarios mínimos (52% del electorado), por ejemplo, pasó del 20% al 23% desde la última encuesta, realizada a fines de junio.

Lula, a la cabeza

La carrera presidencial en el gigante sudamericano tiene, a estas horas, un claro favorito: el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva. De acuerdo al sondeo de Datafolha, tiene una intención de voto del 47% en primera vuelta, contra el 29% que ostenta Jair Bolsonaro. Es decir, el líder petista aventaja al ex capitán del Ejército por 18 puntos.

Lula es el favorito de los votantes que ganan hasta dos salarios mínimos (el 54% se inclina por él) y entre las mujeres (46% contra el 27% que se inclina por Bolsonaro). No obstante, las simpatías por el exmandatario también crecen entre los más ricos, aunque el actual jefe de Estado sigue siendo su favorito. La campaña de Lula apuesta por ganar en primera vuelta, pero todavía quedan dos meses de intensa disputa y es incierto qué sucederá.