Los incendios no paran en Francia: los bomberos miran al cielo y esperan la lluvia

Los bomberos de Francia combaten aún hoy diversos incendios mientras esperan las lluvias y tormentas que llegarían este fin de semana y que, de darse las condiciones apropiadas, darían un alivio a los esfuerzos que arrastran desde hace más de un mes.

Las llamas afectan actualmente, sobre todo, al suroeste del país galo. En esta zona de Francia, existe actualmente una línea de fuego de 40 kilómetros cerca de Burdeos. Sin embargo, la Policía adelantó que este incendio forestal no había avanzado demasiado durante la noche. Así y todo, tampoco se puede decir que esté bajo control.

"Seguimos vigilando porque, aunque no podemos ver grandes llamas, el fuego sigue quemando la vegetación y el suelo", indicó el teniente coronel Arnaud Mendousse, vocero de los bomberos de Gironda, a la agencia AFP. Las primeras lluvias se pronostican para esta noche y mañana se extenderán a la mayor parte del país europeo. Las precipitaciones darán por finalizada, entonces, la actual ola de calor que azota a Francia.

Devastación

El fuego de Burdeos ya lleva varias semanas en actividad. Las primeras llamas se produjeron en julio (el mes más seco de Francia desde el año 1961) y, desde entonces, 14 mil hectáreas fueron destruidas. Solo esta semana, se quemaron 7.400 hectáreas de pinar.

Fuente: (Euronews)

En lo que va del año, los incendios forestales ya devastaron el triple de hectáreas que el promedio anual de los últimos diez años en Francia. Debido a la magnitud de los fuegos, los bomberos franceses recibieron refuerzos de países como Alemania, Polonia, Austria y Rumania, que aportaron más de 360 efectivos para ayudar en el terreno y con aviones hidrantes.

"Aquí somos todos voluntarios. Estamos entrenados y queremos ayudar", aseveró Tone Neuhalfel, un bombero alemán de 36 años. Además de estos refuerzos, los bomberos esperan que las lluvias tengan un impacto y supongan un alivio, no así el empeoramiento de la situación, puesto que las ráfagas de viento podrían avivar las llamas. En las próximas horas, se verá si las tormentas serán una bendición o un suplicio.