Afganistán

Nadie se rinde: una biblioteca clandestina para mujeres desafía el veto talibán en Afganistán

Desde hace más de un año, las jóvenes no pueden asistir a la escuela secundaria.
martes, 13 de septiembre de 2022 · 22:30

Un grupo de mujeres en Afganistán unió fuerzas para desafiar el cierre de las escuelas secundarias ordenado por los talibanes: se educarán ellas mismas. Con la creación de una biblioteca clandestina con las estanterías llenas de libros, estas mujeres no planean quedarse con los brazos cruzados mientras los islamistas radicales sepultan su futuro.

Quienes caminan por las ajetreadas calles de Kabul, la capital del país asiático, no pueden imaginarse que en el sótano de uno de sus edificios hay un “búnker” de resistencia ilustrada, pero allí está la biblioteca Zan (que significa “de mujeres”). "Decidimos hacer algo por nosotras mismas en lugar de esperar que la comunidad internacional u otro organismo hiciera algo por nuestros derechos", relató la líder del Movimiento Espontáneo de Mujeres de Afganistán, Zholia Parsi, a la agencia Efe.

La biblioteca clandestina para mujeres en Kabul.

La mayor parte de los libros fue enviada por amigos, activistas, escritores, estudiantes y poetas. “Hasta el momento tenemos más de 2.100", explicó la activista de Afganistán, quien asegura que acceder al conocimiento es el nuevo acto de rebeldía de las mujeres, que no van a esperar sentadas que llegue la ayuda.

"Es una especie de protesta para mostrar a los talibanes y a la comunidad internacional que las niñas y mujeres en Afganistán necesitamos educación, además de participar en la vida pública, y trataremos de ayudar a todas en este momento difícil", subrayó Parsi. Ahora, las valientes mujeres piden donaciones para poder mantener la actividad y así extenderla a otras provincias.

Fuente: (EFE).

 

Un futuro de tinieblas

El 15 de agosto de 2021, los talibanes tomaron Kabul y, con ello, el control sobre los destinos del país. Al principio, los militantes islamistas radicales pretendieron enviar calma a la comunidad internacional al decir que habían cambiado, que no eran los mismos que en la década de 1990 habían hecho a un lado a las mujeres, a las que no se les permitía ni estudiar ni trabajar. Pero esta retórica no se plasmó en los hechos.

Represión a una protesta de mujeres en Kabul el mes pasado, en la que pedían pan, trabajo y libertad.

Las figuras de mujeres fueron borradas de la vía pública, las escuelas secundarias para ellas nunca más volvieron a abrir y miles y miles todavía no pudieron volver al trabajo. Sin trabajo y sin educación, entonces, ¿qué futuro hay para ellas y para el país? Laila, una de las ciudadanas de Afganistán que forma parte de la biblioteca clandestina, tiene una respuesta: “Veo un futuro destruido y en tinieblas”.